Mauricio Rojas Vera*
1. BARRIOS AUTÓNOMOS
Las ciudades deben tener barrios estructurados de acuerdo con la vida y el ADN del lugar. Barrios que dejen vacíos y bordes por donde pase la naturaleza, crezcan los árboles y circule el agua. Deben poder ofrecer los productos y servicios esenciales para que no haya necesidad de salir de él. Otro factor clave es recuperar la ‘escala intermedia’: ni muy pequeños ni muy grandes. Y tener identidad propia.
2. BORDES VIVOS
Las calles y las plazas de los barrios deben tener vida: cafés, tiendas, comercios, servicios. Un muro cerrado y muy largo es un borde muerto. La seguridad y apropiación se logran gracias a la relación y coexistencia con los otros bordes. El diseño y la proporción de la calle y de las plazas es vital para tener lugares confortables que puedan ser disfrutados por la gente. Estos bordes necesitan gozar de una sana coexistencia entre los usos mixtos, es decir, primeros pisos productivos con lugares para vivir arriba y diferentes tipos de viviendas para los distintos tipos de familias de hoy. Los balcones, las terrazas y la vegetación fomentan mejores bordes vivos.
3. CONTEXTO NATURAL
Debe existir una simbiosis entre el medioambiente y el lugar. Para construir es indispensable entender el clima, la cultura, el enclave urbano y el espíritu de la época. No es lo mismo diseñar una edificación para Bogotá que para Cali o Barranquilla, cada ciudad es diferente. En medio de una crisis climática mundial y en plena pandemia, los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) deben atender el diseño de las ciudades y preservar los recursos hídricos, la iluminación y el suelo fértil. De esta forma será posible vivir en armonía. Las ciudades son ecosistemas interdependientes de su hábitat y desconocerlo por un modelo artificial es condenarlas al fracaso.
4. SISTEMAS ABIERTOS
Las viviendas en las ciudades deben ser sistemas abiertos. En este trópico ecuatorial y andino somos la consolidación de hechos sociales y diversos. Hay que reconocer que todos somos parte y podemos coexistir. Nuestra fortaleza es nuestra riqueza geográfica y cultural, pero hay que valorarla, entenderla y respetarla, conviviendo en la diferencia.
5. ECONOMÍA CIRCULAR
En el desarrollo urbano el prefijo ‘RE’ se debe imponer: reciclar, reducir, reusar. Esta es la base de una economía circular. También en las ciudades hay que recorrer, regenerar, recordar, reflexionar, revisar, rescatar, para recibir.
6. VIVIENDAS COLECTIVAS
Los lugares diseñados para ser habitados tienen que propiciar felicidad y bienestar a la comunidad. Ser flexibles, dinámicos y productivos. Así como ecológicos, bioclimáticos y sostenibles. Viviendas en las que se cuide el agua, circule la brisa y entre el sol. La mayoría de edificaciones se volvieron sellos que se copian sin importar el barrio, la ciudad o el clima, y por eso están alejadas de los centros y con unas alturas extremas que pierden relación con la calle y generan sombras largas sobre los vecinos y fuertes vientos. Hay que recuperar las viviendas colectivas.
7. ESPACIO PÚBLICO DE CALIDAD
Es preciso consolidar la construcción de espacio verde, dinámico, inclusivo y caminable como ‘real estructurante’ de la comunidad, del barrio y de la ciudad. Que vaya de acuerdo con los valores del lugar y la idiosincrasia local. Este debe tener en cuenta las estructuras vitales: aire, agua, tierra y sol, así como los derechos básicos y primordiales y la coexistencia con los otros seres vivos. Como diría Jean Gelh, “el espacio público es la vida entre los edificios”.
8. RESCATAR EL PATRIMONIO
Los edificios con historia, las calles, los lugares de encuentro. Tenemos muchos edificios de valor que hoy se dañan o se dejan caer para deteriorar los centros y hacer que la ciudad se expanda a un alto costo. El patrimonio no es lo viejo: es lo que tiene valor. Es el paisaje, la cultura. Son los escenarios para la vida. Aquí hay mucho trabajo para las pequeñas y medianas empresas del sector.
9. MATERIALES Y TÉCNICAS LOCALES
Hay que volver a estas y otras formas de construcción más participativas, incluyentes y creativas y, sobre todo, más lógicas con las economías locales y más amables con el medioambiente. No solo tenemos buenos concretos y arcillas: en el adobe, la guadua y las maderas renovables hay un gran potencial y las normativas nacionales ya existen.
10. RECONEXIÓN
Una nueva sinergia es clave entre los sectores educativos, investigativos y empresariales. Salirnos de la zona de confort para apoyar nuevos emprendimientos e investigaciones que diversifiquen las respuestas y generen equidad y prosperidad con creatividad. Desde las ONG y el Gobierno hay que tender puentes, pues estos serán determinantes para buscar de nuevo la luz después de la pandemia del coronavirus. Es una oportunidad para la solidaridad y el beneficio común, cada uno trabajando desde su campo, pero si se complementan. Esto será definitivo para salir de la crisis.
*Presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos de la Regional Bogotá y Cundinamarca.
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