Desde su fundación hace 52 años, cada acción y decisión de la compañía evidencia su compromiso de ser un AliadoPaís. Esto significa anteponer el bienestar de Colombia a los intereses particulares de la compañía, lo cual requiere una organización logística de gran envergadura que pocos conocen pero que impacta profundamente la economía, la movilidad y la calidad de vida de todos los colombianos.
Detrás de una acción tan cotidiana como comprar gasolina en una estación de servicio de Terpel, late una estrategia de negocio centrada en las personas, que le ha permitido a la compañía estar más cerca del corazón de los colombianos; una estrategia que le sirve al país porque permite garantizar el abastecimiento de combustible en los lugares más remotos de Colombia.
Luis Alejandro Camargo Vargas, director de operaciones y logística de Terpel, explica que hay ciertas regiones del país a las que es relativamente más simple llegar con el combustible, pero en otros lugares representa grandes retos. “Servir a los más de dos millones de colombianos que nos visitan a diario y generarles experiencias memorables, demanda nuestro máximo compromiso y esfuerzo logístico, para garantizar la disponibilidad de nuestros productos en nuestra red de estaciones que cubre lo largo y ancho del territorio nacional”.
La cadena de transporte del combustible de Terpel comienza en dos refinerías de Ecopetrol, una ubicada en Cartagena y otra en Barrancabermeja, en donde se realiza el proceso de conversión del petróleo en combustible (diésel, jet y gasolina extra y corriente). Terpel compra el combustible y este viaja por una red de 4.000 kilómetros de poliductos, operados por la transportadora de combustible Cenit, para ser distribuido en las 31 plantas de Terpel.
En caso de alguna falla en el sistema, “Cenit informa que la línea está parada e inmediatamente comenzamos a buscar una logística alterna a través de camiones o del medio de transporte que se ajuste a las condiciones geográficas”, advierte Camargo. Para solucionar estos imprevistos y hacer frente a la adversidad, Terpel cuenta con una flota de 1.500 camiones que circulan por las carreteras del país.
A pesar de la robusta red de poliductos, no todas las plantas están conectadas y por esto Terpel debe encargarse de abastecerlas, como por ejemplo en San José del Guaviare, que recibe el combustible de la planta de Mansilla, ubicada en Cundinamarca. Los camiones de la compañía deben atravesar la cordillera, pero durante el invierno el río crece y es necesario utilizar barcazas o lanchas. “Durante años hemos sido los únicos mayoristas que llegan a los lugares más apartados del territorio. Pese a que las condiciones de venta en estos casos no son atractivas, frente al esfuerzo logístico que debemos realizar, lo hacemos porque somos aliados del país y no descansamos hasta llevar combustible de buena calidad a todos los rincones de Colombia”, concluye Camargo.
TRAVESÍA AL AMAZONAS
Para llevar combustible hasta este departamento Terpel realiza un viaje de 45 días.