Las burbujas se ven en el líquido, la botella emite un sonido característico al abrirse, el sabor a fruta se detecta inmediatamente y notas acarameladas quedan en la garganta después de tomar un trago”. Estas palabras, que podrían describir la experiencia de un enólogo al catar un vino, son las que emplea el empresario antioqueño Alfonso Urrea para describir, con la precisión de un experto, las bebidas gaseosas Pool, que con solo ocho años de historia hoy compiten con marcas tan antiguas como Postobón, una empresa con más de un siglo de trayectoria en el mercado. Entre los más de 200 empleados de Pool son varios los que coinciden en afirmar que el éxito de la empresa se debe en gran parte a la minuciosidad y disciplina de Urrea, un hombre de 51 años que no nació en “cuna de oro” ni cuenta con estudios universitarios pero que desde pequeño comprendió el valor del esfuerzo: cuando niño, después de las clases en el colegio, vendía “mecato” y empanadas en los buses para ayudar en la tienda de Jaime, su tío paterno. “Hacer negocios es un arte. No es algo que se aprende, sino que nace con uno”, dice con la velocidad del habla de la gente de su región. Urrea dio sus primeros pasos como emprendedor en Granada, un municipio ubicado a 75 kilómetros de Medellín, donde quedaba la tienda del pueblo en la que empezó a trabajar. En esa tienda se abastecían los habitantes del pueblo, incluso aquellos que pertenecían a grupos guerrilleros, pues era una época en que las Farc dominaban el área. Urrea lo recuerda así: “Me iba bien porque trataba bien a la gente y me ganaba su cariño. Les vendía a todos porque todo el mundo necesita comer”. Esta fue razón suficiente para que en 1996, cuando los paramilitares de los bloques Metro y Héroes de Granada ingresaron a la zona, Urrea fuera amenazado de muerte. “Un sábado llegaron a buscarme y me tocó esconderme en la casa de una vecina. Al otro día me monté en el primer bus que salía para Medellín y dejé todo tirado”, recuerda. Su esposa Aurora Zora y tres de sus hijos lo siguieron días después a Medellín, donde recibieron ayuda de algunos de sus familiares. Y aunque la tristeza y la incertidumbre lo invadían, la situación no fue un impedimento para empezar de nuevo: arrendó un pequeño local en la Central Mayorista de Antioquia e inició El Imperio, una compraventa de abarrotes en la que empezó vendiendo a pérdida, pero que gracias a su duro trabajo se consolidó y generó grandes ganancias con el pasar de los años. Además, fundó la cadena local de supermercados Dinastía. Un nuevo rumbo En 2010, una vez había mejorado significativamente su economía, este emprendedor granadino vio en el sector de las bebidas azucaradas una nueva oportunidad de negocio. Y aunque el reto de fundar una empresa que pudiera competir con los líderes del mercado parecía titánico, compró la maquinaria en Europa y reclutó personal con experiencia en las mejores compañías del sector para lanzarse a la tarea. Una de las primeras personas que contrató fue Yair Mejía, analista químico de jarabes que desde el principio creyó en el proyecto. “Probábamos los saborizantes en la Central Mayorista. La idea partió de cero. Todas las máquinas estaban desarmadas y la gente pensaba que íbamos a hacer una chatarrería”, dice Mejía. Hoy la perspectiva es completamente diferente. Gaseosas Pool cuenta con dos plantas de producción. La primera está ubicada en el municipio de La Estrella y la segunda, que entró en funcionamiento hace un año y medio en Girardota, es una de las más tecnológicas de Antioquia: allí se llevan a cabo el proceso de ósmosis inversa, la exposición a la luz ultravioleta para purificación del agua, la producción de 20.000 envases por hora y los análisis microbiológicos que garantizan la inocuidad del producto final. Cada uno de los procesos y decisiones de la compañía son supervisados por su fundador, quien trabaja 12 o más horas al día de ser necesario: recorre todas las áreas (con libreta y lapicero en mano porque no se adapta al computador), de vez en cuando prueba alguna de las bebidas para asegurarse de que el sabor es siempre el mismo e investiga, junto con su equipo, para incrementar los 18 sabores que hasta ahora han desarrollado y consolidado en el mercado. Gaseosas Pool es hoy la cuarta marca de bebidas azucaradas más importante en el país. Sus productos se distribuyen también en lugares de difícil acceso como La Guajira, e incluso se están exportando a Panamá. Pero Urrea sigue siendo una persona sencilla. Saluda con una sonrisa a todo aquel con quien se cruza y, según varios de sus colaboradores, considera importante el aporte que cada uno de ellos hace a su organización.