Este año nos ha obligado a reformular la forma en que trabajamos, consumimos e interactuamos debido a la incertidumbre de la situación actual, ejerciendo presión para cualquier consumidor o empresa. Pero aun cuando 2020 ha sido un desafío, es posible identificar cómo podemos adaptarnos a esta ‘nueva realidad’ gracias a las soluciones disruptivas lideradas por la industria FinTech, que trae consigo modelos de digitalización de punta a punta con beneficios para los empresarios y cualquier tipo de persona.
Los negocios de tecnología financiera, comúnmente conocidos como FinTech, han escalado con gran rapidez en el mundo. Al crear nuevos modelos y mejorar los productos tradicionales, esta industria está cambiando la forma como se percibe este tipo de servicios, proponiendo opciones innovadoras, fáciles, rápidas y seguras a partir del uso y apropiación de la tecnología como agente habilitador. Esto demuestra que el origen de disrupciones del ecosistema FinTech se basa en el usuario, en atender audiencias no tradicionales, poner en marcha mecanismos para mejorar la experiencia y generar distintas alternativas de financiación utilizando a la tecnología como un medio.
En el caso de los empresarios, los beneficios propios de las soluciones FinTech se traducen en una mejor cobertura y experiencia de usuario, menores costos y una mayor agilidad, lo que crea un alivio importante para cualquier empresa al poder continuar con su negocio de manera digital. Por otra parte, para una persona que está sufriendo las consecuencias de la coyuntura, gracias al financiamiento alternativo FinTech es posible acceder a soluciones complementarias a las de la industria financiera tradicional.
De esta manera, la industria FinTech se convierte en la punta de lanza para esta ‘nueva realidad’: una oportunidad de oro para que podamos hablar de servicios completamente electrónicos, lo que crea una mayor cobertura en su prestación y fomenta la inclusión financiera a través de la tecnología, lo cual permite migrar hacia el concepto de ‘Inclusión Financiera Digital’. Ello ha impulsado su desarrollo en América Latina, al punto de que a comienzos de 2020 solo en la región el sector recibió una valoración de más de 150.000 millones de dólares. Sus mayores exponentes son México, Brasil y Colombia.
Países innovadores
México lidera el camino gracias a su Ley Integral de FinTech de 2018. Esta incluye la mayoría de las verticales del sector, como crowdfunding, billetera virtual, transacciones realizadas con criptomonedas y open banking, entre otras, lo cual se traduce en una apropiación plena de la industria. Por su parte, Brasil ha adoptado varios segmentos debido a que legisla, individualmente, sectores como el crowdfunding y los préstamos entre pares. Actualmente, una comisión especial del Congreso trabaja en una estrategia legislativa más amplia.
Colombia es el tercer hub de innovación financiera en América Latina. Según la más reciente edición del Fintech Radar, de Finno- vista, esta industria creció 26 por ciento en un año, al consolidar 200 FinTech en el país y categorizarse como un sistema ‘maduro’ pues gran parte de esas empresas se encuentra en una fase de crecimiento, expansión o listas para escalar. Adicional- mente, esta industria genera más de 7.000 empleos en la Nación, con un promedio de 34 empleados por star-tup, de acuerdo con el informe.
Este aumento es impulsado principalmente por un fuerte crecimiento en los segmentos de transacciones digitales y en la accesibilidad a créditos e inversión a través de fuentes alternativas. El segmento de créditos es líder en la oferta de servicios FinTech, con 48 startups, lo que abarca casi el 25 por ciento del sector, seguido por el de pagos y remesas, con 43 emprendimientos, que representa el 22 por ciento del mercado.
Estas cifras dejan ver una oportunidad para aquellas startups FinTech que pueden diseñar soluciones financieras especializadas para microempresas y pymes, subbancarizados o sin acceso a servicios financieros tradicionales, sobre todo si se tiene en cuenta que las mipymes representan más del 90 por ciento de negocios que opera en Colombia y que más de la mitad no tienen acceso a créditos o financiación a través de medios tradicionales.
El segmento de gestión de finanzas empresariales (eFactoring) también ha evolucionado. Registra un crecimiento del 80 por ciento al pasar de 15 a 25 startups. El de puntaje, identidad y fraude es otro de los que ha repuntado, con un crecimiento del 40 por ciento al consolidar 14 startups, cuatro más que las que tenía en el año anterior.
Nueva realidad
La rápida expansión del sector ha significado que los reguladores estén bajo una presión cada vez mayor de promulgar leyes que aborden la actividad FinTech y generen confianza a consumidores e inversores. Colombia tiene el desafío de trazar rutas interdisciplinares para que, con actores de los distintos eslabones de la cadena de valor Fintech y el poder legislativo, sea posible consolidar este ecosistema como un motor de desarrollo nacional.
Desde Colombia Fintech se trabaja de la mano de diferentes actores gubernamentales y privados con el objetivo de fortalecer el sector financiero, defender el ahorro del público y poner la tecnología al servicio de los ciudadanos y el tejido empresarial, mediante el desarrollo de varias líneas de trabajo.
En alianza con las FinTech, por ejemplo, se han identificado soluciones de crédito digital que permiten acceder a líneas de crédito a personas que no tienen acceso a servicios financieros tradicionales. Así mismo, FinTechs, comercios y bancos se están integrando a través de aplicaciones que permiten construir las soluciones de pagos en línea y transferencias, fundamentales para mantener el distanciamiento obligatorio. Sumado a lo anterior se implementó una línea de trabajo para el crecimiento del comercio electrónico a través de las billeteras digitales, que permiten crear cajeros ‘contactless’ y la posibilidad de abrir cuentas y procesar tarjetas de crédito y débito desde un celular o una tableta.
Además de las metas trazadas, se ha instado por desarrollar nuevas alternativas. Por ejemplo, el crowdfunding –como herramienta de financiación colaborativa a través de medios electrónicos– surge como alternativa para impulsar no solo mipymes, sino causas sociales y movimientos ciudadanos. También se busca impulsar la colocación de recursos para compra de cartera de mipymes, usando a las FinTech de factoring como mecanismo de conocimiento y verificación de cumplimiento de requisitos de las empresas.
Definitivamente, en el territorio colombiano es posible identificar cómo se ha desarrollado un diálogo interdisciplinar que tiene como filosofía principal ofrecer soluciones para enfrentar esta ‘nueva realidad’. Desde la industria FinTech entendemos que si queremos una mayor inclusión financiera es necesario pensar en nuevas fórmulas para atenderla, y es por ello que instamos a la creatividad y la innovación, ambas cruciales en estos momentos.
*Presidente de Colombia Fintech y la Alianza Fintech Iberoamérica y profesor asociado de la Universidad del Rosario.
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