El covid-19 empujó al sector bancario a acelerar su capacidad virtual. Un ejemplo de ello es el Banco Falabella, una de las entidades que lidera ese cambio que considera prioritario y fundamental para alcanzar resultados estratégicos. Así lo explica César Serrato, gerente de División Producto y Marketing, quien señala que “en Banco Falabella aspiramos a liderar la digitalización financiera” y destaca que desde hace varios años la empresa ha estado desarrollando procesos digitales que, con la pandemia, se han acelerado.

La meta principal es convertirse en un banco digital con presencia física y en este sentido están orientados los últimos desarrollos. Uno de ellos es la tarjeta de crédito CMR, que ahora es ciento por ciento digital. Los clientes ya no tendrán que esperar tres o cinco días para la expedición del plástico, sino que desde su casa y a través de los canales digitales (web y aplicación) del banco podrán solicitarlo y utilizarlo inmediatamente, para trámites y compras online, sin necesidad del plástico.

Ello contribuye a apoyar la autogestión de los clientes, que además son atendidos por otros canales como Whatsapp. Estos nuevos mecanismos de atención, según el directivo, se han convertido en una herramienta eficiente para solicitudes de extractos y certificados, entre otros documentos.

Las ventajas de la tarjeta de crédito CMR del Banco Falabella ciento por ciento digital son varias. Una de las mejor recibidas son los descuentos permanentes en establecimientos de retail como Homecenter, Makro, Falabella y, recientemente, Justo y Bueno, y en plataformas virtuales como Linio. Otro beneficio es el programa de CMR Puntos, que este año cuenta ya con más de 600.000 canjes y que ahora, en la virtualidad, les permite a los clientes canjearlos en línea.

Actualmente, el banco cuenta con 1,7 millones de clientes de tarjeta de crédito y registra alrededor de 100.000 solicitudes del plástico en su página web, lo que lo convierte en el primer emisor de tarjetas de crédito de MasterCard en Colombia.

Lea también: La inclusión financiera es digital