Las cifras son claras: aunque la metodología presencial mantuvo su liderato durante los últimos años e impulsó el aumento sostenido de la cobertura en educación superior en el país, la virtualidad creció del 0,65 al 6,35 por ciento del total de los matriculados en una institución de educación superior colombiana. Así lo dejan ver datos del Observatorio Laboral para la Educación que dan cuenta de que, entre 2010 y 2016, último año consolidado, el número de personas matriculadas en programas de educación superior (pregrados y posgrados) en la modalidad presencial pasó de 1.489.885 a 1.989.216, mientras que los matriculados en campus virtuales pasaron de 9.758 a 126.423. Es decir, 1.195 por ciento más en solo seis años. A la par, y según este sistema del Ministerio de Educación Nacional, la tasa de graduación de estudiantes que eligieron un programa en la metodología virtual aumentó 169 por ciento durante estos mismos años. ¿Las razones? La autogestión y la autonomía en horarios, estudiar en cualquier momento y lugar, mientras se tiene un trabajo de tiempo completo y, no menos relevante, precios accesibles. Además, una oferta de actualización profesional diversa que se puede encontrar en instituciones de todo el mundo, muchas de ellas gratuitas o con certificación a muy bajo costo. Lea también: eLearning en la Cuarta Revolución Industrial Crecimiento real Aunque Colombia aún mantiene una brecha digital preocupante, pues la penetración de internet en estratos 1, 2 y 3 en el país se mantiene por debajo del 50 por ciento –como lo evidencia la Fundación Telefónica en un estudio de 2019–, la oferta en la virtualidad crece. Según la información reportada por las instituciones al Sistema Nacional de Información de Educación Superior (SNIES), en Colombia hay actualmente 6.497 pregrados activos (educación universitaria, tecnológica, técnica profesional) y 6.226 posgrados (especialización universitaria y tecnológica, maestría, doctorado). De estos, más de 12.000 programas de educación superior activos, el 91,6 por ciento, son en modalidad presencial, el 3,15 por ciento a distancia tradicional y el 5,6 por ciento en campus virtuales. Esto significa que las instituciones nacionales han destinado grandes inversiones para desarrollar sus plataformas tecnológicas y ofrecer contenidos didácticos, tutorías, acceso a bibliotecas virtuales y actividades interactivas que les permitan a los estudiantes ser parte de una red de aprendizaje colaborativo. Igual que en una institución tradicional, pero en línea. Retos del futuro Los campus virtuales son –en resumen y como los describió el Foro Económico Mundial (Davos)– pioneros en fomentar habilidades necesarias para el desarrollo humano, económico y social del mundo en un futuro próximo. Porque, además de una formación que exige poner a prueba las competencias digitales, cuentan con una oferta de especialidades acordes a la demanda del mercado laboral actual. Por esto, como los graduados de programas presenciales, los que eligen la modalidad virtual tienen entre el 88 y 90 por ciento de opciones de encontrar trabajo una vez se gradúen, según el Observatorio Laboral para la Educación del Ministerio de Educación Nacional (MEN). Sin embargo, aunque hay ya más de 470 programas de pregrado y posgrado virtuales vigentes en Colombia, tan solo 11 tienen Registro de Alta Calidad otorgado por el MEN, diez en educación universitaria, tecnológica y técnica profesional y tan solo uno en posgrado. El reto para las instituciones colombianas, además de fortalecer sus campus virtuales, es apostar por la calidad, pues los potenciales estudiantes nacionales pueden, desde la comodidad de su hogar, elegir cualquier programa del mundo y en español, en reputadas instituciones como Berkeley, Harvard y Cambridge que, incluso, ofrecen diplomaturas gratuitas. *Directora de la Fundación Empresarios por la Educación.