Las universidades de hoy están en constante movimiento: evolucionan al ritmo de la sociedad, sus necesidades y los nuevos servicios. Y esto exige, en la actualidad, una calidad educativa que incorpore, además de conocimiento y tecnología, una buena dosis de innovación, emprendimiento y sostenibilidad. Un ejemplo de esa evolución está en el norte de Colombia, en la Universidad del Sinú -Elías Bechara Zainúm-, en Montería. En sus aulas han pasado más de 18.000 egresados y este año, en septiembre de 2019, recibió la acreditación de alta calidad. El reconocimiento le fue otorgado por el Ministerio de Educación Nacional gracias a su enfoque integral sostenible y a la renovación de su infraestructura. “Nuestro campus se ha caracterizado por ser amigable con el medioambiente, respetando la flora y la fauna local. Los miembros de la comunidad académica han tenido la posibilidad de utilizar los espacios abiertos de la institución para fomentar un diálogo constructivo”, afirma Ilse Bechara Castilla, rectora general de la sede Montería de la institución de educación superior. Para fortalecer la sostenibilidad en el campus la universidad está desarrollando un Plan Maestro de infraestructura. Y dentro de los principales objetivos de la iniciativa está el buen uso de los recursos naturales, la jardinería y la ejecución de proyectos de investigación en beneficio del medioambiente. Además, el Plan Maestro le permitirá a la institución estructurar y visualizar de manera ordenada su crecimiento. También garantizará la ejecución de las obras. “Inicialmente se construirá el edificio de Bienestar. Está diseñado como un sistema modular que puede crecer y adaptarse como una planta”, explica Giancarlo Mazzanti, director de la firma de arquitectos Equipo Mazzanti, encargada de los diseños de la obra. El modelo de infraestructura sostenible que la universidad está implementando le permite a la comunidad académica comprobar que los desarrollos arquitectónicos pueden ir de la mano con la gestión ambiental y el crecimiento de la universidad. “A través de este proyecto de infraestructura generaremos conciencia ambiental y mejoraremos la calidad del entorno educativo de los miembros de nuestra comunidad académica. Le estamos apostando a un campus inteligente y abierto que albergará el quehacer institucional para los próximos 50 años”, agrega Adriana Suárez, rectora de la universidad. Así mismo, la rectora afirma que por medio de esta iniciativa, además de dotar de mayor nivel de comodidad y tecnología el campus, se consolidará el desarrollo de los procesos misionales de la institución. De esta manera la universidad se convertirá en un referente arquitectónico en la ciudad de Montería. Círculos virtuosos El nuevo edificio de Bienestar contará con una serie de patios circulares que se conectarán internamente con una gran zona común. Su construcción se realizará en un lote de 8.000 metros cuadrados y tendrá espacios como la biblioteca principal, así como complejos deportivos abiertos que permitirán la entrada de aire para refrescar el espacio, zonas de alimentación, estudio y entrenamiento, y un gran auditorio para eventos culturales y académicos. La ampliación del campus universitario generará más y mejores espacios abiertos para el uso y disfrute de la comunidad estudiantil. Por ejemplo, habrá obras de urbanismo con especies nativas de la región para incentivar en los estudiantes la conservación de la naturaleza autóctona y el aprovechamiento de los recursos naturales. La clave, aquí, está en la innovación, la creatividad, el cuidado y la interdisciplinariedad; no en vano el Equipo Mazzanti trabajó con profesionales especializados en acústica, bioclima e iluminación.