En la madrugada del pasado primero de abril, las lluvias intensas hicieron que los ríos Mocoa, Mulato y Sangoyaco se desbordaran, lo que generó destrozos en 17 barrios de la ciudad. Los últimos recuentos sumaron 316 muertos, 332 heridos y 106 desaparecidos.Aunque la atención no tardó en llegar, muchos hablaron de la ausencia de medios para prevenir el desastre y las acciones a futuro para evitarlos. Así fue como la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) decidió pedir apoyo del Siata para instalar en Mocoa un sistema similar a este.Y no es un asunto de coyuntura. El Siata ha desarrollado una capacidad técnica y ha construido un robusto equipo tecnológico que le permite ser uno de los mejores en Colombia, América Latina y buena parte del mundo. De aceptar que lo de Mocoa fue una tragedia que pudo evitarse, el paso siguiente es diseñar un mecanismo de monitoreo, seguimiento y control de fenómenos asociados al clima y a las condiciones metereológicas del territorio para mitigar los efectos de esas manifestaciones en el medioambiente.En el Valle de Aburrá, el Siata constituye los ojos del territorio. Las 24 horas mide las condiciones atmosféricas y proyecta los escenarios de riesgo que de ellas se desprenden. En temas como los de la calidad del aire, el sistema mide la concentración de contaminantes PM 2,5 y PM 10, así como la presencia de otros materiales que inciden en la salud de los ciudadanos. Con esa información es posible declarar episodios críticos por contaminación del aire o activar los comités de prevención y atención de desastres en los gobiernos municipales, con el fin de mitigar tragedias como las de Mocoa, o tantas otras que se presentan a lo largo y ancho del país.El Siata, en su zona de influencia, tiene la gran ventaja de que recibe información en tiempo real de sus estaciones conectadas a redes de celular, radio e incluso microondas. Sin embargo, en la capital de Putumayo no había redes donde conectarse. “Los muchachos instalaron una ‘minirred’ de telecomunicaciones entre las estaciones para que pudiéramos recibir información en tiempo real desde Mocoa”, cuenta Carlos David Hoyos, director del Siata.Gran parte de la efectividad de estos sistemas requiere que las comunidades reconozcan las alertas tempranas y las instrucciones que deben seguir cuando una se activa. Los técnicos se encargaron de explicárselo a los sobrevivientes de la tragedia. Así funciona en el Valle de Aburrá y por eso el Siata se ha convertido en un instrumento irremplazable para la toma de decisiones en materia, no solo de calidad del aire, sino de monitoreo en cuencas hidrográficas y gestión del riesgo para el departamento, pues varios radares están ubicados por fuera del Área Metropolitana.