La propia Ángela María Orozco, nueva ministra de Transporte, pensaba que si llegaba a formar parte del gabinete de Iván Duque iría a otra cartera, como la de Comercio. No fue así, pero su nombramiento fue muy bien recibido. Al fin y al cabo, esta es una dependencia clave para el sector privado, en el que ha cosechado simpatías en la actividad gremial, en el viceministerio y ministerio de Comercio Exterior, y como consultora. Orozco llegó al sector público de la mano de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. Los paralelos entre ellas dos se extienden también a su personalidad firme. El chiste que ronda en las afueras del despacho de la ministra –una de las ocho mujeres nombradas por el presidente Duque– dice que es “férrea… como una línea de ferrocarril” y que tiene “mano de hierro”. En esta entrevista con SEMANA, Orozco habla con seguridad y con el acento de su tierra –Barranquilla–, usa las palabras justas y no pierde el carril de su discurso técnico. RODRIGO PARDO: ¿Cuáles son los planes del nuevo gobierno para el sistema férreo colombiano? ÁNGELA MARÍA OROZCO: Queremos recuperar la operación en los corredores que tienen potencial, con un enfoque principal sobre el de La Dorada–Chiriguaná, que resulta estratégico para el país porque se conecta con el que va de Chiriguaná a Santa Marta, llegando a puertos de servicio público en Ciénaga y en la capital del Magdalena. Para esto trabajaremos en la identificación e inclusión de las empresas interesadas en transportar sus productos a través del corredor, mientras se ejecutan las obras que permitan mejorar la velocidad y la seguridad para aumentar gradualmente la carga. Además, buscamos restablecer la red férrea del Pacífico. R.P.: ¿Cuáles son las cifras oficiales sobre el total de vías férreas que funcionan en el país? A.M.O.: Hoy Colombia cuenta con aproximadamente 1.500 kilómetros de corredores férreos, dentro de los cuales hay potencial de recuperación de la operación en más de 770 kilómetros, que corresponden al corredor La Dorada–Chiriguaná y Bogotá–Belencito. Actualmente, sobre ellos hay un contrato de obra pública que tiene como objeto la administración, el mantenimiento, la recuperación de puntos críticos y el control de tráfico, además de la operación de nuevos actores, para lo cual ya se han realizado trenes de prueba que demuestran la conectividad origen-destino. Estos han abierto la posibilidad de una operación temprana, la cual se consolidará en la medida en que se suscriban contratos con cargadores y generadores de carga. R.P.: Un corredor que está en funcionamiento es el concesionado a Fenoco… A.M.O.: En efecto, este va desde La Loma hasta Santa Marta, tiene 245 kilómetros y está en operación. Ha llegado a movilizar 54 millones de toneladas de carbón, en promedio. Queremos que la carga proveniente del centro del país aproveche su conexión con los puertos. Y no olvide el corredor del Pacífico, que cuenta con una extensión de 498 kilómetros y tiene algunos inconvenientes actualmente. En su momento hubo dos concesionarios, debido a una cesión realizada en el año 2008. También le puede interesar: Hay que aprovechar las redes ferroviarias para el transporte de carga R.P.: ¿Cuáles son estos concesionarios? A.M.O.: En primer lugar, el Tren de Occidente (TDO), que había sido el concesionario inicial, tenía la obligación de terminar el plan de obras; es decir, el tramo de Zaragoza hasta la Felisa –118 kilómetros–. Sin embargo, este no cumplió. Desde entonces se le ha exigido que lo haga y se le impusieron las debidas sanciones, que implicaron la obligación de pago y perjuicio. Así las cosas y luego de tribunales de arbitramento, el 4 de abril de 2018 se llegó a una conciliación aprobada por el Tribunal del Valle del Cauca, en el que TDO se obliga a construir el tramo de 30,2 kilómetros entre Zaragoza y la zona franca de Pereira, la totalidad de los recursos los pone el privado. Ya se cuenta con el acta de inicio para dichas obras. R.P.: ¿Y el otro concesionario? A.M.O.: El segundo es el Ferrocarril del Pacífico (FDP), que quedó con el tramo Buenaventura–La Tebaida y Zarzal–Zaragoza, tramos que ya habían sido rehabilitados para ese momento, son 380 kilómetros. A pesar de haber cambiado de inversionistas, este concesionario dejó de operar el 12 de abril de 2016, haciendo una operación menor un par de meses, pero desde entonces no ha trabajado de manera continua, razón por la cual se decretó el incumplimiento del contrato el pasado 18 de julio de 2018. Ahora el concesionario tiene seis meses para subsanar el incumplimiento, es decir, si en enero de 2019 no cumple, se dará la terminación anticipada del contrato, contra la cual no hay recurso alguno que el privado pueda interponer, entonces el gobierno tomará medidas sobre el futuro del corredor. R.P.: ¿Cuál es el estado del sistema ferroviario colombiano? A.M.O.: El diagnóstico actual nos indica que se requiere de la rehabilitación de puentes, el aumento de las especificaciones de rieles, el mejoramiento de las condiciones de drenajes y alcantarillas, el reemplazo de traviesas, pasos a nivel, y la construcción de algunas variantes en el largo plazo. Estas inversiones han sido cuantificadas de manera preliminar, pero para tener mayor certeza adelantaremos las debidas estructuraciones a nivel de factibilidad para determinar la priorización y búsqueda de recursos necesarios para su ejecución. *Director Editorial de SEMANA