LA SEMANA PASADA RESUcitaron varios fantasmas en Medellin. En una operación relampago fueron secuestrados, de acuerdo con las autoridades, casi todos los actuales integrantes de la cupula del cartel de Medellin. Gerardo Moncada, alias el "Quico", y su hermano William; Fernando Galeano, alias el "Negro", y su hermano Mario, y cinco personas más, entre las que se incluyen sus contadores particulares, desaparecieron de un momento a otro y hasta el fin de semana nadie sabía nada de sus paraderos.Las primeras versiones que rodaron por la capital antioqueña iban dirigidas a que se trataba de un secuestro efectuado por la Coordinadora Guerrillera. Pero pocos las creyeron, porque para los paisas la guerrilla urbana se encuentra en vias de extinción en Medellin, si es que no esta acabada.Otra hipótesis involucraba a las milicias populares o a la delincuencia común. Pero nadie la aceptaba, porque según las versiones populares el "Quico" Moncada y el "Negro" Galeano eran probablemente los hombres mejor custodiados de Medellin. Y su secuestro tenía que ser obra de alguien tan poderoso o más que los actuales jefes del cartel.De allí que surgieran versiones más audaces. Desde aquellas que le achacaban el secuestro a un escuadrón de agentes norteamericanos, impulsados por la sentencia de la Corte Suprema de ese país según la cual era licito el secuestro de extranjeros en sus respectivos países, hasta la de atribuirle la responsabilidad a los jefes del cartel de Cali.Al final de la semana, sin embargo, ganaban terreno las versiones que asociaban el secuestro nada menos que con Pablo Escobar. Presuntos testigos de los hechos afirmaban que los autores materiales del secuestro habían sido el "Chopo", el "Pajaro" y el "Zarco", alias que correspondian a personajes asociados por los organismos de seguridad con Escobar.Pero los runrunes iban más allá. En las calles de Medellín se afirmaba, sin que nadie lo confirmara, que los secuestrados habrían sido llevados a "La Catedral" a cárcel de Envigado para ser interrogados por el propio Escobar. Y no faltaba quien hiciera un chiste según el cual los secuestrados "habían pasado al confesionario, para rendirle cuentas al señor".La versión de que Pablo Escobar era el autor de los secuestros, a pesar de llevar más de un año tras las rejas, no sorprendió a los habitantes de Medellin. Porque según le dijo a SEMANA un desprevenido transeunte ya estan acostumbrados a oir que en los medios del bajo mundo, pase lo que pase, no se mueve una hoja sin su consentimiento.Lo desconcertante es que para la mayoria de los paisas enterados del asunto, y para los organismos de seguridad, el "Quico" Moncada y el "Negro" Galeano eran los más cercanos amigos de Escobar después de los Ochoa. Es más, en los circulos policiales de la capital antioqueña se manejaba la idea de que ellos se mantuvieron incondicionales a Escobar en la guerra que libró contra el Estado colombiano durante los años pasados, y que gracias a ello heredaron su poder.Los cierto es que con la desaparición de los Moncada y los Galeano se amplió la idea según la cual los miembros del cartel de Medellin estan marcados por una especie de sino trágico. Casi todos sus miembros, en su gran mayoría menores de 30 años, y que alcanzaron fortunas superiores a los 100 millones de dólares, de acuerdo con las autoridades, han terminado secuestrados y asesinados.En Medellín se dice que Escobar considera que el fue quien abrió el camino y libró la batalla contra la extradición, cuya victoria es la que hoy permite que otros sigan con esta actividad. El costo de todo esto es que Escobar está en la cárcel y los demás por fuera. Y el no quiere que se olviden de quienes el jefe.En 1985, de acuerdo con las autoridades, hubo una purga interna dentro del cartel por problemas parecidos y fueron secuestrados, entre otros, Alonso Cardenas Arizmendi cuñado de los Ochoa Rodrigo Murillo dueño de Joyerias Felipe, su hermano Jaime, Pablo Correa Arroyave socio de Escobar, Hugo Valencia, Jaime Lopera, "Quico" Restrepo, Hector Roldan, Rodrigo Villa y los hermanos Piedrahita. Ninguno de ellos apareció vivo y desde ese momento la lealtad a sus superiores se habría vuelto una ley dentro de la organización. Pero con Escobar en la cárcel y el dinero entrando a chorros estos principios se habrían venido relajando, hasta la semana pasada.La hipótesis coincide con algunas versiones de prensa según las cuales varios familiares de los secuestrados habrían sido informados por el propio Escobar de lo que venía planeando, diciendoles a todos que "en la vida hay que jugar limpio". Es más, de acuerdo con esta versión, Escobar habría secuestrado a los contadores de los clanes para aclarar las cuentas delante de sus jefes.Uno de los guardaespaldas de "Quico" Moncada, que logró huir y que afirma que sabe que lo van a matar por haber hecho la descripción de los hombres de Escobar a las autoridades, ha dicho que "los familiares tienen miedo de hablar pero ya están entregando los apartamentos, las casas, las fincas y hasta las avionetas".La preocupación de las autoridades radica fundamentalmente en que se der cierta esta versión, se estaría ante una nueva e impresionante muestra de poder de Pablo Escobar. La capacidad para secuestrar a varios de los hombres mejor cuidados del mundo del narcotráfico no dejaría a Escobar como un indefenso hombre que se sometió a la justicia y se encuentra tras las rejas, sino como un hombre que tiene toda la infraestructura para "levantar" al que quiera. Es tal el desconcierto, que ya han comenzado las investigaciones sobre todo en lo que tiene que ver con el posible traslado de rehenes de Escobar a la cárcel de "La Catedral".Los organismos de inteligencia han comenzado a trabajar en las investigaciones y consideran que de ser cierto lo que se dice, se estaría frente al comienzo de un nuevo capítulo en las actividades de Escobar. Pero nadie sabe que significa esta nueva etapa en la vida de tan enigmático personaje. -