Brasil, considerado el epicentro de la pandemia del coronavirus, registró este jueves un nuevo récord de casos confirmados y sumó más de 1.000 muertos en 24 horas. Según el último balance oficial del Ministerio de Salud, fueron confirmados 26.417 nuevos casos en el segundo país con más contagios en el mundo (438.238), por detrás de Estados Unidos.
En cuanto al número de muertos, Brasil registró su tercer peor día desde el inicio de la pandemia: 1.156, lo que eleva el total a 26.754, el sexto país con más muertos. Con este cifra, Brasil, que está todavía lejos de alcanzar el pico de contagios, podría superar a España y Francia, que registran hasta este jueves 27.119 y 28.662 muertos, respectivamente, según un conteo de la AFP. Los números de Brasil son menos impactantes si se reportan a sus más de 210 millones de habitantes: el coeficiente es de 125 muertos por millón de habitantes, frente a más de 300 en Estados Unidos y 580 en España. Los expertos advierten que los datos de contagios podrían ser hasta quince veces superiores, según algunas estimaciones, dado que en Brasil no se practican tests masivos.
La pandemia avanza en Brasil en un clima de tensiones exacerbadas entre los gobernadores que promueven las medidas de confinamiento y el presidente Jair Bolsonaro, que las considera una ruina económica. La mayoría de los estados impusieron medidas de cuarentena parcial, si bien algunos ya empezaron a flexibilizarlas o anunciaron que lo harán en breve, pese a que los sistemas de salud están llegando en algunos casos a la saturación. São Paulo, el estado más rico y el que tiene más casos y muertos, llegó este jueves a los 6.980 muertos y se acerca ya a los 100.000 contagiados, un día después de que el gobernador João Doria anunciara una prórroga hasta el 15 de junio de la cuarentena, aunque permitiendo la reapertura comercial en ciertas regiones en función de la incidencia de la pandemia.
Rio de Janeiro es el segundo estado en número de muertos (4.846) y casos (44.886). Otros estados del norte, como Amazonas y Pará, y del nordeste, como Ceará, presentan escenarios más trágicos, con una proporción mayor de muertos por millón de habitantes.