La nueva variante de la covid-19, conocida como ómicron, no deja de causar pánico entre la población mundial, especialmente cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido catalogarla como una variación “preocupante”.
Ómicron, que según científicos es una de las variantes más contagiosas del nuevo coronavirus, ya tiene presencia en más de 80 países y se espera que en las próximas semanas se convierta en la variación dominante en gran parte del mundo, por sobre delta.
Por esto, es normal que en el último mes el tema de conversación entre los científicos sean los hallazgos que se hacen a diario sobre ómicron y el impacto que tendrá en el desarrollo de la pandemia. Uno de los últimos descubrimientos que han encontrado los investigadores es el nivel de infección que tendría ómicron en los pasajeros de un avión. Según los expertos, las personas dentro de uno de estos vehículos tendrían el doble o incluso el triple de riesgo de contagio.
Por supuesto, el aumento en los viajes aéreos debido a la temporada navideña y de fin de año es un índice de preocupación para las autoridades internacionales, que aseguran podría presentarse un crecimiento exponencial de los contagios por covid-19 en todo el mundo.
Así lo explicó David Powell, asesor médico de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), en conversación con Bloomberg. De acuerdo con el experto, “cualquiera que sea el riesgo con delta, tendríamos que asumir que el riesgo sería dos o tres veces mayor con ómicron, tal como hemos visto en otros entornos”.
Sin embargo, para poder contrarrestar esta realidad y hacer que los viajes sean un poco más seguros en términos sanitarios, para Powell lo importante es evitar “superficies de contacto común, higiene de manos siempre que sea posible, máscaras, distanciamiento y procedimientos de abordaje controlado”.
“Trate de evitar el contacto cara a cara con otros clientes, trate de evitar ser desenmascarado en vuelo, para servicios de comidas y bebidas, excepto cuando sea realmente necesario. El consejo es el mismo, es solo que el riesgo relativo probablemente ha aumentado con ómicron, al igual que el riesgo relativo de ir al supermercado o tomar un autobús”, añadió.
Asimismo, habló de los cuidados que deberían tener los padres con los niños, recordando que en esta población el virus actúa de forma diferente.
“El riesgo de que los niños pequeños contraigan una enfermedad grave debido a los viajes es bajo, solo porque el riesgo de covid grave es muy bajo para los niños. Es una de las preguntas sin respuesta con ómicron. El riesgo no es tanto para ellos. El riesgo es que puedan estar levemente infectados, no saberlo y potencialmente propagarse mientras viajan. Y eso es un riesgo. Conseguir que se pongan una mascarilla es difícil. Cuanto más pequeños sean, más difícil será”, indicó.
No obstante, aún con esta estadística, para Powell, volar es una de las actividades más seguras a realizar, comparándose con cualquier otra tarea en tierra. Por esto, cuando se le cuestionó si sería más seguro no volar, el asesor del IATA manifestó que “la mayor protección que puede darse es vacunarse y reforzarse. La protección que se brinda a sí mismo con una máscara adicional o un tipo diferente de máscara, o de no volar en absoluto, francamente, probablemente sea menor que el beneficio que obtendría con solo estar completamente reforzado”.
En cuanto al tema de las vacunas, Powell mencionó que, al parecer, ómicron podría ser un poco más fuerte que delta, por lo que la eficacia de la vacuna podría verse afectada considerablemente con esta variante.
“Hay una especie de regla empírica que comienza a aparecer: esencialmente ómicron le hace perder una dosis de beneficio de la vacuna. Entonces, dos dosis contra ómicron tienen una protección similar a una dosis contra delta. Eso no está establecido en la ciencia sólida, pero parece correlacionarse aproximadamente con lo que está surgiendo en los estudios”, concluyó.