Alemania decidió aumentar las restricciones contra las personas no vacunadas contra el covid-19 imponiéndoles prácticamente un confinamiento en el que no tendrán acceso a comercios no esenciales, restaurantes, lugares de culto y de ocio, anunció este jueves la canciller Angela Merkel.

Estas nuevas medidas se tomaron tras la reunión entre la canciller saliente, su sucesor Olaf Scholz y los dirigentes de las 16 regiones.

También se confirmó que un proyecto de ley sobre la vacunación obligatoria, a la que Scholz es favorable, se presentará ante el parlamento para que entre en vigor en febrero o marzo.

La canciller alemana calificó la situación como “muy seria”, en medio de un panorama sanitario alarmante, con decenas de miles de contagios diarios y numerosos hospitales cerca de la saturación.

El contexto es complicado por el actual periodo de transición en Alemania, entre la salida de Merkel y la entrada de Scholz, cuya elección parlamentaria se producirá el próximo 8 de diciembre.

El punto más delicado de la nueva ofensiva contra la covid-19 es la vacunación obligatoria apoyada por el Scholz y que ya fue aprobada en Austria y es objeto de reflexión en el seno de la Unión Europea.

Antes de final de año debe presentarse un proyecto de ley en el Parlamento, donde los diputados dispondrán de libertad de voto.

La opinión pública evolucionó significativamente sobre esta cuestión. En verano pasado, dos tercios de los alemanes eran contrarios a las vacunas obligatorias, ahora un 64 % es favorable, según un sondeo de RTL y ntv.

“En principio, siempre creo que obligar es delicado. Pero pienso que estamos ya tan hundidos en la pandemia que no hay otro medio” de hacerlo, explicó a AFPTV Clara, una mujer en Berlín que no dio su apellido.

“Desde el principio habría sido una buena idea”, coincidía Alicia Münch.

El Instituto Robert Koch (RKI), que supervisa la evolución de la pandemia en Alemania, tiene confirmados hasta la fecha 101.790 fallecidos por la enfermedad, de la que se han reportado un total de 5.903.999 casos. El dato de positivos ha aumentado en 67.186 con respecto al balance del martes y la tasa de incidencia a siete días ronda los 443 casos por 100.000 habitantes, un ligero descenso por segundo día consecutivo.

El dato de fallecidos, sin embargo, se mantiene aún por debajo de la mitad de los picos que llegaron a registrarse en la segunda ola, básicamente por la campaña de vacunación contra la covid-19. Las autoridades confían precisamente en extender la inmunización, ya que menos de 70 % de la población ha recibido la pauta completa.

El fútbol sin espectadores

La medida convence a los dos socios de coalición de los socialdemócratas (los Verdes y los Liberales habitualmente contrarios al recorte de libertades), pero también a los conservadores de Merkel, actualmente en la oposición.

Solo el partido de extrema derecha AfD se opone y ha lanzado una campaña con el eslogan “¿Vacuna obligatoria? ¡No, gracias!”.

Pero a la espera de la entrada en vigor de esta medida, Alemania adoptó otras restricciones para contener los contagios.

La Bundesliga nuevamente impedirá el acceso del público a los partidos locales debido por los casos de contagio con coronavirus.

Las regiones han reforzado las limitaciones de acceso a los no vacunados. Se ha pedido además posibles cierres de bares y clubes nocturnos para toda la población y la Bundesliga podría volver a disputar partidos con gradas vacías.

“Desde el punto de vista de la medicina intensiva y de urgencia, la situación de la pandemia nunca fue tan amenazante y grave como ahora”, se alarmó la Asociación Alemana de Medicina Intensiva, que reclama un confinamiento parcial de la población.

En Baviera, uno de los principales focos, un hospital de Rosenheim advirtió sobre la saturación total de su servicio de urgencias, iluminando de rojo su interior.

Las autoridades alemanas también son criticadas por el colapso en el acceso a la vacunación y los problemas para obtener una cita.

La elección de Olaf Scholz como canciller

El Bundestag confirmó este jueves que elegirá el 8 de diciembre como canciller al socialdemócrata Olaf Scholz, poniendo así fin a 16 años en el poder de Angela Merkel, anunció la cámara baja del parlamento alemán.

Olaf Scholz, de 63 años, debe ser elegido por una mayoría de 736 diputados del Bundestag, antes del traspaso de poderes el mismo día con la canciller saliente.

El procedimiento de elección del canciller, que es el tercer cargo público más importante, después del presidente de la República Federal y del presidente del Parlamento, es un proceso muy codificado.

Tras la elección por los diputados, el futuro canciller es recibido por el presidente quien le entrega su “acta de nominación”, que marca el inicio oficial de su mandato de cuatro años.

Entonces, el canciller vuelve al Bundestag para jurar el cargo antes de desplazarse a la cancillería para el traspaso de poder.

El nuevo jefe del gobierno va a encabezar una coalición inédita de tres partidos, formada por los Socialdemócratas, los Verdes y los Liberales.

Con información AFP