El mundo está próximo a cumplir dos años desde que se declaró la pandemia por el nuevo coronavirus. Desde entonces, la humanidad ha tenido que adoptar todo tipo de medidas para disminuir el riesgo de contagio e intentar frenar el avance del virus.

Ahora, una nueva preocupación ha surgido tras la detección de la variante ómicron en regiones del sur de África. La coyuntura desatada por esta mutación del coronavirus ha motivado restricciones aéreas para aislar a los países del continente que se han visto afectados.

Un riesgo adicional frente a las cepas del virus que circulan desde hace varios meses por todo el mundo surge a raíz de la Navidad y víspera de Año Nuevo. Si bien los procesos de vacunación han avanzado, aún hay sectores de la población que no han recibido la dosis del biológico contra la covid-19. Además, restricciones internas en algunos países se han hecho menos rigurosas, permitiendo, por ejemplo, la celebración de eventos masivos, luz verde para actividades de ocio y entretenimiento, así como el aumento en el aforo permitido dentro de establecimientos públicos.

A medida que los estudios sobre el coronavirus iban avanzando, se determinó que su nivel de transmisividad aumentaba en espacios cerrados, por lo que las aglomeraciones representan un riesgo potencial de contagio.

De acuerdo con un estudio dirigido por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, las personas infectadas con la covid-19 exhalan virus infecciosos en su aliento. Además, advirtió que los infectados con la variante alfa pondrían entre 43 y 100 veces más virus en el aire que las personas infectadas con las cepas originales.

A raíz de su alto potencial de transmisibilidad por vía aérea, una de las primeras medidas obligatorias para minimizar el riesgo de contagio del coronavirus fue el uso de tapabocas en lugares públicos, espacios cerrados, así como el distanciamiento físico.

Por otra parte, los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) apuntaron que las personas completamente vacunadas contra la covid-19 podrían reunirse y retirarse el tapabocas. No obstante, en caso de obtener un resultado positivo para covid-19 o experimentar síntomas de la enfermedad, más allá del estado de vacunación, los CDC también señalan que es necesario abstenerse de visitar a otras personas o ir a reuniones.

Teniendo en cuenta que las restricciones y medidas se han ido “relajando” en algunos casos, el riesgo de contagio durante las reuniones y fiestas decembrinas podría significar un aumento en el riesgo de contagio.

Según reseñó el diario El País, un equipo de investigadores de la Universidad de Sevilla desarrolló la herramienta Covid Risk Airbone, una calculadora gratuita y disponible en internet que permite clasificar el nivel de riesgo de contagio por vía aérea de acuerdo a cada caso específico.

Reunión con compañeros de trabajo o amigos

En un contexto en que 25 compañeros de trabajo o amigos se reúnen para comer, y 78 % de ellos están vacunados, por lo que permanecen sin tapabocas dentro de un local estrecho y sin ventilación, el riesgo de contagio es alto.

De acuerdo con el análisis publicado en El País, si estas personas conversan en voz alta, aún sin desarrollar otras actividades como cantar o bailar, generarían una concentración de dióxido de carbono cercano a las 2.813 partes por millón (los índices de calidad recomendados durante la emergencia sanitaria son los inferiores a 700).

En el caso de que uno de los asistentes esté infectado con el virus, el 27 % de los participantes tendría un riesgo mayor de contagiarse por aerosoles de media y larga distancia. Sin embargo, el medio citado agrega que, gracias a la vacunación, el número de casos posibles disminuye a un promedio de 3,01 %.

Para reducir el riesgo de contagio en este tipo de circunstancias, la medida más efectiva consiste en abrir las ventanas para aumentar el flujo y renovación del aire. Esta sencilla acción podría reducir el riesgo de contagio a la mitad.

Para que el riesgo de contagio sea bajo, en circunstancias similares a la descrita previamente, se necesitan medidas adicionales como el uso permanente de tapabocas (solo retirarlo al momento de comer), así como abrir las ventanas para permitir la renovación de aire. Un porcentaje importante de participantes vacunados también reduce el riesgo de contagio durante actividades como reuniones y comidas.

En una reunión familiar

Durante diciembre, las reuniones familiares se vuelven más comunes. La típica escena de los hijos que viajan para visitar a sus padres y celebrar la Nochebuena o recibir el Año Nuevo se repite cada año, y en tiempos de coronavirus podría incrementar el riesgo de infección.

Las reuniones durante la época decembrina podrían aumentar el riesgo de contagio, si no se toman medidas preventivas. Foto: Getty Images

El diario El País también reseña una situación de este tipo, planteando una escena similar a la reunión con amigos o compañeros de trabajo.

Según explica el medio internacional, si 14 personas sin tapabocas se reúnen en un espacio relativamente pequeño, con las ventanas cerradas y solo el 78 % de ellas ha completado su esquema de vacunación contra la covid-19, el riesgo de contagio se configura como alto, ya que el valor promedio de dióxido de carbono dentro del recinto alcanzaría una concentración de 5.647 partes por millón frente a las 550 recomendadas.

De haber un contagiado en la reunión, el 77 % de los participantes estaría en riesgo de contagiarse. Sin embargo, el promedio bajaría a 4,55 % si se tiene en cuenta la efectividad de las vacunas contra la covid-19. Asimismo, según recoge El País, abrir las ventanas o contar con sistemas de purificación de aire también contribuiría a reducir la probabilidad de infección.

Al igual que en el escenario de reunión con amigos, el uso permanente de tapabocas entre los integrantes de la familia, contar con los esquemas de vacunación completos y entreabrir las ventanas reducen aún más el riesgo de contagio durante la interacción.