Mucho se ha hablado de cómo las condiciones del aislamiento colectivo, el distanciamiento social y las cuarentenas por la pandemia de la covid-19 han causado múltiples secuelas en el relacionamiento y la salud mental de las personas.
Precisamente, sobre este punto, la periodista científica Melinda Wenner Moyer publicó recientemente un artículo en la revista Nature para explicar de qué manera la pandemia ha perjudicado el desarrollo cerebral de los bebes y los niños en un contexto de aislamiento, estrés y nuevas costumbres.
El artículo menciona algunas investigaciones que demuestran cambios significativos en el comportamiento de esos grupos infantiles después de que se desatara la crisis sanitaria entre finales del año 2019 y el 2020.
Así, se explica que un pediatra de apellido Dumitriu y su equipo del centro de salud New York-Presbyterian Morgan Stanley Children’s Hospital se sintieron aliviados porque la mayor parte de bebés expuestos a la covid-19, en ese momento, parecía no sufrir las consecuencias. Sin embargo, más adelante comprobaron lo contrario.
De acuerdo con la publicación de la revista científica, Dumitriu le pidió a Morgan Firestein, investigadora posdoctoral de la Universidad de Columbia, que comparara datos recopilados, desde finales del año 2017, de habilidades motoras de bebés de hasta seis meses con resultados de bebés recién nacidos poco antes y luego de la pandemia.
Se preguntaron cuál era el estado neurológico de esos grupos y hallaron que “los infantes nacidos durante la pandemia obtuvieron puntajes, en promedio, más bajos en las pruebas de motricidad gruesa, motricidad fina y habilidades de comunicación en comparación con los nacidos antes”.
Wenner Moyer también es colaboradora de la revista de divulgación Scientific American. De acuerdo con sus investigaciones, ella resalta el hecho de que no importaba si los padres ya habían sufrido una infección, “y esto estaría relacionado con el estrés de los progenitores, lo cual afectaría negativamente la evolución cerebral del feto”.
Otro argumento del equipo científico, en cuanto a los niños, es que en el entorno familiar habría menos interacción durante los meses de cuarentena estricta por el coronavirus y, en consecuencia, había reducción del tiempo de juego.
La psicóloga de niños y adolescentes de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, Moriah Thomason, apunta que estas condiciones tendrían una fecha de caducidad. “Una vez superados los obstáculos de la pandemia, no encontraremos heridas o secuelas producto del cambio de actitud por el coronavirus”, sugirió.
Por otra parte, otro investigador llamado Sean Deoni, un biofísico médico, se concentró junto con sus colegas en estudiar cómo los factores ambientales le dan forma al desarrollo del cerebro en los bebés dentro del laboratorio de imágenes avanzadas (resonancia magnética) de la Universidad de Brown en Providence.
Este investigador realizó el seguimiento de un estudio efectuado durante siete años por los Institutos Nacionales de Salud acerca de habilidades motoras, visuales y del lenguaje en la primera infancia. Contrastó los promedios anuales con los datos pandémicos y observó un “desmoronamiento” entre finales de 2020 y 2021. Como otros expertos, coincidió en que los bebés decayeron en las mediciones, llamadas puntuaciones de desarrollo neurológico.
Una investigación diferente realizada en el Reino Unido, publicada el 21 de mayo de 2021 por Infant and Child Development, muestra que la poca interacción entre niños y las nulas atenciones grupales durante la pandemia de la covid-19 podrían estar frenando el desarrollo del liderazgo y el lenguaje. En total, los firmantes del artículo encuestaron a 189 padres de familia, cuyos hijos tenían edades entre ocho meses y tres años.