El coronavirus que afecta al mundo hace más de un año y medio sigue generando inquietud entre los científicos, en particular en relación con las secuelas que puede dejar entre las personas que han resultado infectadas.
Entre estas preocupaciones se encuentra la relacionada con el denominado covid prolongado, que —de acuerdo con un estudio que se acaba de conocer— está vinculado a mayores riesgos renales entre quienes aún mantienen algunos síntomas mucho después de la infección.
De acuerdo con el estudio que analizó los datos de más de 1,7 millones de personas mayores de EE. UU., incluidos casi 90.000 supervivientes de covid-19 con síntomas que duraban al menos 30 días, los investigadores encontraron que los “transportistas largos” tenían un mayor riesgo de nuevos problemas renales, en comparación con las personas que no habían sido infectadas con el coronavirus.
El análisis encontró que, incluso, esta situación se detectó aun cuando los supervivientes no habían sido hospitalizados, aunque la disminución de la función renal fue “más profunda” con una infección más grave.
En el informe que fue publicado en el Journal of the American Society of Nephrology se señala que aproximadamente el 5 % del grupo de covid prolongado desarrolló al menos una caída del 30 % en una medida crítica de la función renal conocida como tasa de filtración glomerular estimada o eGFR.
“En general, las personas con covid prolongado tenían un 25 % más de probabilidades que las personas no infectadas de desarrollar una disminución del 30 % en la TFGe, con mayores riesgos en los sobrevivientes de enfermedades más graves”, indica.
Agrega que, “si bien la función renal a menudo disminuye con la edad, el daño en estos pacientes “fue superior” a lo que ocurre con el envejecimiento normal”.
El coautor del estudio, Ziyad Al-Aly, de la Universidad de Washington en St. Louis, dijo a través de un comunicado que “nuestros hallazgos enfatizan en la importancia crítica de prestar atención a la función y enfermedad renal en el cuidado de pacientes que han tenido covid-19”.
La pérdida del olfato
De otra parte, especialistas indicaron, en otro estudio, que muchas personas que pierden el sentido del olfato debido al coronavirus eventualmente lo recuperan, pero algunos sobrevivientes luego informan distorsiones del olfato y olores inexplicables.
Para llegar a esa conclusión, los investigadores analizaron las respuestas de la encuesta de 1.468 personas que se habían enfrentado a la covid-19 entre abril y septiembre de 2020, y habían sufrido pérdida del olfato y el gusto al comienzo de su enfermedad.
De acuerdo con el análisis, al principio, alrededor del 10 % informó distorsiones del olfato, o parosmia, y olores inexplicables, conocidos como fantosmia.
Los científicos detectaron que, en un promedio de 6 a 7 meses después de enfermarse y reportar por primera vez pérdida del olfato, aproximadamente el 60 % de las mujeres y el 48 % de los hombres habían recuperado menos del 80 % de su capacidad olfativa previa a la enfermedad, y las tasas de distorsiones del olfato y olores imaginarios había aumentado.
El estudio publicado en medRxiv, antes de la revisión por pares, reveló que aproximadamente el 47 % informó parosmia, diciendo, por ejemplo, que “algunas cosas ahora huelen a productos químicos”. Entre tanto, un 25 % informó fantosmia.
“A veces puedo oler a quemado, pero nadie más a mi alrededor puede”, informó uno de los encuestados. Sin embargo, los problemas persistentes del olfato se observaron con más frecuencia en los sobrevivientes con más síntomas en general, “lo que sugiere que puede ser un marcador clave de covid prolongado”, señalaron los autores del estudio.
Vacunas inducen anticuerpos en pacientes con cáncer
Otros dos estudios permitieron determinar que las vacunas de ARNm de covid-19 desencadenan respuestas inmunitarias protectoras en la mayoría de los pacientes con cáncer con tumores sólidos y en muchas personas que toman medicamentos inmunosupresores.
Investigadores en Israel encontraron que seis meses después de la segunda dosis de la vacuna de Pfizer Inc (PFE.N) y BioNTech SE, el 79 % de 154 pacientes con tumores sólidos había desarrollado anticuerpos, al igual que el 84 % de 135 personas similares sin cáncer, una diferencia que no se consideró estadísticamente significativa.
Los expertos determinaron que los niveles de anticuerpos fueron similares en los dos grupos, de acuerdo con el especialistas en un informe publicado en Cancer Discovery.
Entre tanto, científicos de EE. UU., estudiaron a 133 adultos que tomaban medicamentos inmunosupresores para enfermedades inflamatorias crónicas y 53 voluntarios sanos, y encontraron que tres semanas después de la segunda inyección de una vacuna de ARNm de Pfizer/BioNTech o Moderna Inc (MRNA.O), casi el 90 % de los participantes inmunosuprimidos había desarrollado anticuerpo.
Sin embargo, muchos tenían respuestas más bajas en comparación con el grupo de control, según un informe publicado en Annals of Internal Medicine.
Terapia con anticuerpos reduce las tasas de hospitalización
Otro estudio determinó que las personas con covid-19 de leve a moderado y que fueron tratadas con un “coctel” de anticuerpos monoclonales tuvieron tasas de hospitalización más bajas que las personas similares que no recibieron el tratamiento.
De acuerdo con el estudio publicado por expertos en EClinicalMedicine señala que se observaron a casi 1.400 de esos pacientes, aproximadamente la mitad de los cuales habían recibido la terapia de combinación de anticuerpos monoclonales de Regeneron Pharmaceutical Inc.
El reporte señala que entre los que recibieron el tratamiento, alrededor del 45% eran mayores de 65 años y muchos tenían presión arterial alta, obesidad, diabetes, enfermedades pulmonares y otros factores de riesgo.
El análisis permitió determinar que cuatro semanas después del tratamiento, el 1.6% de ellos había sido hospitalizado, en comparación con el 4,8% de los pacientes no tratados con los anticuerpos monoclonales. El estudio no fue aleatorio y no puede probar el tratamiento de mejores resultados.
El líder del estudio, Raymund Razonable de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota dijo que, sin embargo, esto “sugiere que cuando los pacientes que están en alto riesgo debido a una variedad de comorbilidades contraen un caso leve o moderado de covid-19, esta combinación de inyecciones monoclonales les da la posibilidad de una recuperación no hospitalizada”.