La Agencia Europea de Medicamentos aprobó el lunes una tercera dosis de refuerzo de la vacuna covid de Pfizer/BioNTech para las personas mayores de 18 años de edad, ante la preocupación de que la protección disminuya tras las dos primeras inyecciones.
“Las dosis de refuerzo de Comirnaty pueden considerarse para personas de 18 años en adelante, al menos seis meses después de la segunda dosis”, dijo la EMA en un comunicado, citando el nombre comercial de la vacuna de Pfizer.
La protección ante la enfermedad del covid-19 decrece en los meses posteriores a la primera inyección, señaló previamente en conferencia de prensa Marco Cavaleri, el jefe de la agencia europea encargada de la estrategia de vacunas, con sede en Amsterdam, en Holanda, oficialmente conocido como Países Bajos. “La información disponible indica que la inmunidad adquirida frente al covid-19 con las primeras dosis se reduce con el tiempo desde la primera vacuna y la protección ante la infección y los síntomas de la enfermedad se está reduciendo en varias partes del mundo”, señaló Cavaleri.
Como resultado, la agencia evaluó con Pfizer su petición para aplicar una tercera dosis al menos seis meses después de la segunda dosis en personas mayores de 18 años de edad. El experto señaló que “la evidencia es cada vez más tangible” sobre la necesidad de aplicar una tercera dosis poco después de aplicadas las dos primeras dosis a personas con sistemas inmunitarios frágiles que “responden poco” a la vacunación inicial. “Se sabe que algunos estados miembros están aplicando ya una vacuna” a personas de alto riesgo, agregó Cavaleri.
A la fecha, una veintena de vacunas contra el covid-19 han sido aprobadas en todo el mundo desde que en 2020 los primeros resultados clínicos dieron algo de esperanza. Hay vacunas de alcance mundial, otras nacionales y, finalmente, alianzas entre países por motivos geoestratégicos. Este es el panorama actual:
Dos vacunas a base de la tecnología ARN mensajero dominan a nivel mundial: el fármaco de la alianza Pfizer (Estados Unidos) y BioNTech (Alemania), comercializado bajo el nombre de Comirnaty, y el de la empresa estadounidense Moderna, conocido como Spikevax.
La vacuna de Pfizer/BioNTech está autorizada en 100 países, la de Moderna en más de 70, entre ellos la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, según un recuento de la Universidad canadiense McGill.
Un estudio chino publicado en internet el 26 de septiembre, pero que aún no ha sido evaluado por otros científicos, afirma que la eficacia de esas dos vacunas de ARN mensajero sería superior a la de muchos otros medicamentos, incluso contra la variante delta, predominante actualmente a nivel mundial. Para llegar a esa conclusión, los investigadores chinos recopilaron todos los datos de eficacia disponibles hasta la fecha.L
Las de éxito discreto
Dos vacunas desarrolladas con la tecnología de “vector viral”, suscitaron en un principio muchas esperanzas: la del laboratorio anglosueco AstraZeneca, producida en colaboración con la Universidad de Oxford, y el fármaco de Janssen-Cilag, filial del laboratorio estadounidense Johnson & Johnson. Sin embargo, la vacuna de AstraZeneca (comercializada bajo el nombre Vaxzevria) generó mucha desconfianza por el riesgo de provocar trombos sanguíneos, aunque sea en una probabilidad estadísticamente débil.
El medicamento fue aprobado en la UE pero no en Estados Unidos. Actualmente es el principal suministro del programa internacional Covax, destinado a los países pobres. La cuarta vacuna aprobada en la UE es la de Janssen, que inicialmente tenía la gran ventaja de que se administra con una sola dosis, a diferencia de los otros inmunizantes. Pero la variante delta trastocó los planes del laboratorio, ya que esa cepa, la más extendida hoy en día, necesita al menos dos dosis de vacuna para ser vencida.
Las vacunas nacionales con distribución limitada
Varias vacunas son inyectadas esencialmente en su país de origen, y en otros próximos, por intereses geopolíticos. Es el caso de la vacuna rusa Sputnik V, aprobada en unos 70 países, pero que no ha sido reconocida ni por la UE ni por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hasta el momento, Rusia ha desarrollado cuatro vacunas: Sputnik V, EpiVacCorona, CoviVac y Sputnik Light (dosis única).
China desarrolló vacunas a través de los laboratorios Sinopharm (con dos fármacos), Sinovac (CoronaVac), CanSino o Anhui Zhifei Longcom (vacuna RBD-Dimer). Presentes en unos 50 países, las de Sinopharm y Sinovac están reconocidas por la OMS. India, por su parte, dio a finales de agosto luz verde al producto de uno de sus laboratorios, Zydus Cadila, que se convirtió en la primera vacuna de tecnología ADN utilizada con seres humanos. Previamente el gigante asiático había aprobado una vacuna local, Covaxin, del laboratorio Bharat Biotech (además de la versión local de AstraZeneca, denominada Covishield).
Cuba desarrolló tres vacunas: Abdala, Soberana Plus y Soberana 2, que ha suscitado interés de países como Venezuela o Vietnam. Otros gobiernos como el de Irán (Barekat), Kazajistán (QazVac) o Taiwán (Medigen), han homologado su propia vacuna, aunque sin haberla inyectado a gran escala.
Los candidatos
Además del Sputnik V ruso y de la vacuna china CoronaVac, otros dos candidatos están siendo examinados por parte la Agencia Europea del Medicamento (EMA), lo que abre la vía a una próxima demanda de autorización en la UE. Por un lado está la vacuna estadounidense Novavax, denominada “subunitaria”, a base de proteínas que provocan una respuesta inmunitaria, sin virus. Y luego está el alemán CureVac, que obtuvo resultados decepcionantes a finales de junio, a pesar de usar la tecnología del ARN mensajero.
En total, incluidas las vacunas ya autorizadas, 121 vacunas contra el covid-19 han sido ensayadas en seres humanos, según el último informe de la OMS, del 24 de septiembre. Además otros 194 fármacos están en desarrollo preclínico. En España, la farmacéutica Hipra está probando su propia versión de medicamento anticovid en humanos.
Los fracasos
El 29 de abril se supo del último fármaco que se quedó por el camino, la vacuna de ARN mensajero del laboratorio francés Sanofi, a pesar de resultados intermedios positivos. A finales de enero, el laboratorio MSD (conocido como Merck en el mercado estadounidense) anunció el fin de dos proyectos. En diciembre de 2020 Australia anunció que abandonaba la creación de una vacuna contra el covid.
Con información de agencias