La covid-19 ha sido la enfermedad más temida desde principios del 2020, cuando inició la pandemia. Sin embargo, esto no ha sido solo por la gravedad de sus síntomas o su mortalidad, también por el impacto que ha tenido para la humanidad. Y la cobertura en medios también ha aportado a esto.
Esto, pese a que al revisar las cifras de Our World in Data, se evidencia cómo las cifras de fallecidos son notablemente más bajas en comparación con la de los recuperados. Pero esto no lo es todo.
Con corte al 7 de enero de 2022, el mundo acumula más de 305 millones de casos de covid, de los cuales 5,4 millones, aproximadamente, han resultado en muertes. Para el caso de Colombia, según datos del Ministerio de Salud, el país acumula 5′300.032 casos de esta enfermedad, entre ellos, 5′029.052 se han recuperado. En ese sentido, el reporte de fallecidos suma 130.288 víctimas.
Una nota científica titulada Estimación de la mortalidad de la COVID-19, publicada en agosto de 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), concluyó que la CFR (proporción de personas diagnosticadas de una enfermedad que mueren a causa de ella) en relación con el coronavirus ha presentado “grandes variaciones que pueden ser engañosas”.
Anota que “hay varios factores que dificultan las comparaciones entre países. Hay diferencias entre ellos con respecto a la probabilidad de que detecten y notifiquen todas las muertes por la covid-19″. Así mismo, menciona que “las características de los pacientes (por ejemplo, edad, sexo, origen étnico y comorbilidad subyacente) pueden variar de un país a otro”.
Teniendo en cuenta las recomendaciones de la OMS, aunque ciertos escenarios sugieran que algunas infecciones por covid-19 pueden ser leves, es importante no confiarse y tener en cuenta que no todos los cuerpos reaccionan de la misma manera. De hecho, se han conocido casos de personas que, en teoría, no presentaban comorbilidades o eran escépticas a las vacunas y fallecieron a causa del coronavirus.
Según la OMS, los síntomas más comunes de la covid-19 son fiebre, tos seca y cansancio, lo que configuraría un caso “leve”. Mientras tanto, otros síntomas menos frecuentes son la pérdida del gusto o el olfato, congestión nasal, conjuntivitis, dolor de garganta, dolor de cabeza, dolores musculares o articulares, erupciones cutáneas, náuseas o vómitos, diarrea y escalofríos o vértigo.
Sobre estos últimos síntomas, vale la pena mencionar que —aunque son molestos para el paciente— no necesariamente acarrean hospitalización. Sobre este punto, la OMS recomienda a las personas prestar especial atención a escenarios como: dificultad para respirar, dolor u opresión en el pecho o dificultad para hablar o moverse. En dicho caso se debe solicitar atención médica inmediata.
De igual manera, frente a los síntomas de un cuadro grave de covid-19, la OMS destaca la disnea (dificultad respiratoria), pérdida de apetito, confusión, dolor u opresión persistente en el pecho y temperatura superior a los 38° C.
¿Ómicron es menos grave?
Diversos estudios han encontrado que los síntomas asociados a la variante ómicron son menos severos que los de delta, a pesar de ser más contagiosa. Ahora, sobre lo que significa una infección “leve”, los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos citan síntomas somo la fiebre, la tos o el dolor de garganta, es decir, los más comunes descritos por la OMS.
No obstante, se ha demostrado que la covid-19 puede variar drásticamente con el tiempo y dependiendo de cada persona (su condición de salud o los cuidados que tenga). De igual manera, la OMS advirtió recientemente que es un error calificar a ómicron como “leve”. “Al igual que las variantes anteriores, causa hospitalizaciones y está matando a personas”, dijo su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
En ese sentido, precisó que la variante ómicron —o las infecciones “leves” de covid— podrían causar una enfermedad grave, especialmente en las personas que no han recibido ninguna dosis de la vacuna.
Otra punto importante frente a la creencia de que una infección de covid-19 puede ser “leve” es que las personas tienden a confiarse. Así lo aseguró William Schaffner, profesor de Enfermedades Infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en la cadena CNN.
“Ha habido tanta fatiga por el virus, y eso se asocia con el deseo de volver a la normalidad, o a lo más parecido a la normalidad, que la gente puede trivializar sus síntomas y decidir no hacerse las pruebas de covid o de gripe”, dijo Schaffner.
En consecuencia, el experto advirtió que, incluso con síntomas leves, las personas deberían hacerse la prueba de covid-19 para monitorear los síntomas y saber si estos empeoran. Así mismo, recordó que es vital el aislamiento para no contagiar a otros.