El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ordenó una serie de medidas para impulsar la vacunación contra la covid-19 en Estados Unidos, ante el auge de la variante delta del virus, entre ellas exigir a millones de empleados federales que se vacunen o cumplan una serie de restricciones.

“Tenemos las herramientas para evitar que esta nueva ola de covid cierre nuestras empresas, escuelas, nuestra sociedad, como ocurrió el año pasado”, dijo el veterano demócrata en un discurso.

Los empleados federales que no “demuestren estar totalmente vacunados” tendrán que llevar una mascarilla en el trabajo, independientemente de su ubicación, mantener distanciamiento físico con otros empleados y “cumplir con un requisito de pruebas de detección semanales o dos veces por semana”, indicó la Casa Blanca poco antes del discurso del mandatario.

Estas medidas aplicarán para los cuatro millones de empleados federales y contratistas in situ, pero Biden también instó a los empleadores del sector privado a seguir su ejemplo.

“Si quieren hacer negocios con el Gobierno Federal, vacunen a sus trabajadores”, dijo, refiriéndose a las empresas. Sin llegar a la obligatoriedad absoluta de la vacunación, se trata de un cambio de rumbo para la administración Biden, que hasta ahora insistía más en la responsabilidad individual y en los mensajes de fomento a la inoculación.

Lo anterior desató la polémica y acrecentó nuevamente las dudas con respecto a la calidad de los tapabocas y de cuáles son las referencias más confiables para que las personas se protejan del coronavirus y de sus variantes.

“La delta es tan contagiosa que la pregunta no es barbijo sí o barbijo no, sino directamente sobre la necesidad de usar barbijos de alta calidad”, como las mascarillas N95, explicó Scott Gottlieb, excomisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), en una reciente aparición en un programa de la cadena CBS.

En ese sentido, es importante tener en cuenta que para elegir el cubrebocas hay que tener en cuenta dos factores: el material y el calce, pues de acuerdo con Linsey Marr, experta en aerosoles y virus de transmisión aérea del Instituto Tecnológico de Virginia, mascarillas como la N95, permiten una mayor protección frente al contagio, comparado con los quirúrgicos o los de tela.

En ese sentido, es importante tener en cuenta que para elegir el cubrebocas hay que tener en cuenta dos factores: el material y el calce, pues de acuerdo con Linsey Marr, experta en aerosoles y virus de transmisión aérea del Instituto Tecnológico de Virginia, mascarillas como la N95, permiten una mayor protección frente al contagio, comparado con los quirúrgicos o los de tela.

Y al ser la variante delta la más contagiosa, “realmente necesitamos barbijos altamente protectores, junto a todos los demás cuidados. Antes un simple tapabocas de tela podía servir, pero ya no”, advirtió especialmente para los que siguen sin vacunarse.

¿Personas inmunizadas contra el coronavirus deben seguir utilizando tapabocas?

Con la disparada de contagios de covid-19 por la variante delta en varios países del mundo, las personas completamente inmunizadas se preguntan si deben volver a usar tapabocas en espacios cerrados.

Las vacunas anticovid demostraron ser efectivas contra las versiones más duras de la enfermedad que conllevan hospitalización y muerte.

Pero expertos dijeron a la AFP que no es igual para todos y que la gente debe considerar factores como la transmisión comunitaria, los niveles de riesgo personal y su propia tolerancia al riesgo para decidir qué les conviene.

En mayo, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) retiraron la directiva de uso de mascarilla para las personas vacunadas.

En ese momento, los casos caían en picado y el gobierno de Joe Biden estaba ansioso por declarar un regreso a la normalidad en medio de una campaña de vacunación que avanzaba a muy buen ritmo.

Pero ahora hay un alarmante aumento de los casos provocado por la variante delta, la más contagiosa surgida hasta la fecha, en zonas de baja inoculación, que ha enlentecido considerablemente su paso.

La disparada no implicó, sin embargo, que aumentaran los ingresos hospitalarios ni las muertes.

En el caso de Estados Unidos, con el 80% de las personas mayores completamente inmunizadas, el promedio de muertes diarias se mantiene en 200, mucho menos que las 3.500 durante la peor ola de contagios en el pasado invierno boreal.

Más del 97% de los hospitalizados no están vacunados, dijo la semana pasada la directora de los CDC, Rochelle Walensky.

En tanto, el 99,5% de las muertes se produjeron entre no vacunados, indicó el fin de semana pasado Vivek Murthy, alta autoridad médica del gobierno.