A pesar de los esfuerzos que se han adelantado para ampliar los programas de vacunación, especialmente ante la amenaza de la variante delta, hay preocupación entre organizaciones internacionales de salud porque la cobertura no es suficiente para lograr la inmunidad de rebaño que permitirá controlar la epidemia.
En ese sentido, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que en América Latina solo una de cada cinco personas está vacunada contra la covid-19 y advirtió de la necesidad de avanzar en la inmunización en la región ante la creciente presencia de la nueva cepa originaria de la India y que ha causado, en algunos países, un incremento de los casos de contagio.
La directora de esa organización, Carissa Etienne, señaló que la variante delta, especialmente contagiosa, es ya la “predominante” en el continente americano.
Ante esa amenaza, según la funcionaria, es necesario continuar con la inmunización en una región donde “solo una de cada cinco personas” ha recibido la vacuna, mientras que en algunos países la cifra es inferior al 5 % de la población.
Por su parte, el director adjunto de la OPS, Jarbas Barbosa, señaló que en América Latina ningún país cuenta con el 70 % de la población vacunada con las dosis completas, tras advertir que tener el 40 % o 50 % “no es suficiente” para contener la transmisión del coronavirus.
Para la organización, también existe una disparidad en la cifra de vacunados, porque mientras Chile y Uruguay ya inmunizaron con al menos una dosis a un poco más del 70 % de sus habitantes, en países como Perú, Paraguay y Bolivia, el cubrimiento apenas llega a 30 %.
De acuerdo con las cifras, en Colombia, el 36,55 % de las personas tienen al menos una dosis y el 27,55 % de la población ya tiene su esquema completo.
La preocupación radica en que con esos porcentajes de vacunación, las cifras son muy inferiores a las requeridas para alcanzar la inmunidad de rebaño, que recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó de 70 al 80 % de la población de cubrimiento con la dosis completas, ante el incremento de los casos por la expansión de las variantes.
Precisamente, ese organismo insistió en sus cuestionamientos que varios países hayan anunciado la aplicación de una tercera dosis “cuando el resto del mundo espera su primera inyección”.
“Pensamos claramente que los datos actuales no indican que las dosis de refuerzo sean necesarias. Hay que esperar que la ciencia diga cuándo se necesitan los refuerzos, para qué grupos de personas y para qué vacunas”, señaló la científica principal para la Organización Mundial de la Salud, Soumya Swaminathan.
Entre tanto, el director de emergencias de la OMS, Mike Ryan, dijo que inyectar una tercera dosis ahora es como “repartir chalecos salvavidas adicionales a quienes ya tienen uno”.
Varios países como Israel, Chile, Alemania y Estados Unidos han anunciado la aplicación de la tercera dosis; incluso en este último país se espera arrancar la campaña de vacunación de refuerzo el 20 de septiembre, decisión que debe ser refrendada por la Agencia de Medicamentos. FDA.
Hace una semana, EE. UU. recomendó aplicar las dosis de refuerzos para la población completamente vacunada y que presente déficit en su sistema inmunológico, es decir, adultos mayores, población con cáncer y tratamientos activos, entre otros.
Por su parte, Israel, donde ya se inició una campaña similar para los ancianos, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, dijo que la administración de estas dosis de refuerzo no afectaría las reservas mundiales y más bien permitiría probar la eficacia de la tercera dosis.
OPS alerta sobre “crisis de salud mental” en las Américas por la pandemia
Entre tanto, la OPS señaló que el 60 % de la población sufre ansiedad o depresión en las Américas, al alertar sobre una “crisis de salud mental” en la región por la pandemia y urgir a los países a tomar medidas para paliarla.
“Hoy nos enfrentamos a una crisis de salud mental que, si no se aborda, tendrá graves consecuencias. No solo empeorará la carga de los trastornos de salud mental en nuestra región, sino que también prolongará el impacto de la pandemia”, advirtió en rueda de prensa la directora de la OPS, Carissa Etienne.
Desde que la covid-19 llegó a la región hace 16 meses –recordó– el estrés y el miedo invadieron la vida cotidiana, con pérdidas de empleo sin precedentes que se sumaron a la emergencia sanitaria.
Etienne dijo que aunque la demanda de apoyo psicológico nunca fue tan alta, las tres cuartas partes de los países que suministraron datos a la OPS reportaron problemas para ofrecer ese apoyo a la población.
“Más de la mitad de los programas escolares de salud mental y más de las tres cuartas partes de los programas fuera de las escuelas se han interrumpido parcial o totalmente en un momento en el que más del 15 % de los jóvenes sufren depresión”, indicó.
“Y casi el 90 % de los países participantes informan que los servicios de psicoterapia y asesoramiento en salud mental se han visto interrumpidos; sin embargo, hoy hasta el 60 % de las personas en nuestra región sufren ansiedad o depresión”, agregó.
También señaló mayores dificultades para el acceso a medicación y tratamientos especiales.
Etienne subrayó la importancia de integrar la atención de la salud mental en los planes de respuesta a la covid-19, e instó a los países a cumplir sus compromisos en ese sentido.
“Los países deben invertir en salud mental ahora para capear la amenaza constante de la pandemia y limitar sus efectos dominó en los próximos años”, afirmó.
Destacó en ese sentido el fortalecimiento de los servicios psicosociales en Chile, Trinidad y Tobago y Costa Rica, que según dijo ofrecen modelos a seguir en la región.
“Esta pandemia es un recordatorio de que la buena salud mental es vital para la salud de nuestra región y el bienestar de nuestras sociedades”, dijo Etienne.
Con información de la AFP.