A pesar de que en muchos países avanzan los planes de vacunación para hacerle frente al coronavirus que deja hasta el momento en el mundo 4′244.017 y 199′193.272 contagiados, hay quienes aún se resisten a inocularse. Es el caso de Michael Freedy, un estadounidense padre de cinco menores, que había decidido posponer vacunarse contra el virus porque supuestamente le preocupaban los posibles efectos secundarios.

Medios internacionales publicaron que el hombre, quien terminó muriendo por coronavirus a sus 39 años, le dijo a su pareja que lamentaba no haberse vacunado a tiempo contra la covid-19. Cuentan que, a pesar de que Michael no estaba en contra de la vacunación, había manifestado que prefería esperar y saber cuáles eran los efectos secundarios que la inoculación podrían tener en las personas.

Jessica DuPreez, pareja del hombre, reveló a People que a través de un mensaje en el celular, él le expresó: “debí haberme puesto la maldita vacuna”.

El hombre era padre de cinco hijos de 17, 10, 7, 6 y un año y medio. Inicialmente, cuando se contagió con la covid-19, pensó que estaba sufriendo insolación. Finalmente, una vez confirmado que era positivo, debió ser internado en una unidad de cuidados intensivos, donde a pesar de los esfuerzos de los médicos, no pudieron hacer nada para salvarle la vida.

Muertos sin vacuna

En otro caso, después de luchar intensamente contra la covid-19 durante un mes, murió Stephen Harmon, el hombre que abiertamente se había opuesto a las vacunas en sus redes sociales.

El miembro de la iglesia de Hillsong habría sufrido complicaciones y murió a causa de una neumonía y el virus. Harmon, de 34 años, sorprendió a sus seguidores cuando publicó fotos suyas en la cama de un hospital junto al mensaje en el que contaba su delicada situación por la neumonía que padecía y los niveles de oxígeno críticamente bajos.

El hombre, que en sus redes sociales continuamente lanzaba comentarios contra las vacunas, documentó sus días en la UCI tras contraer la enfermedad. Harmon pidió a sus seguidores rezar por su salud para poder salir de la difícil situación.

A punto de ser intubado continuó anunciando que no se vacunaría. “Si no tienes fe en que Dios puede curarme por encima de tu estúpido ventilador, entonces sal de mi habitación de la UCI, no hay sitio aquí para el miedo de los que carecen de fe”, escribió Harmon tres días antes de su muerte.

En su último mensaje en Twitter contó que se acogería a la intubación, tras luchar bastante por su salud, “escojo someterme a una intubación, he luchado contra esto tanto como he podido, pero desafortunadamente se ha llegado a un punto en el que toca esta decisión crítica”, dijo y concluyó su mensaje asegurando que no sabría cuándo despertaría, “no sé cuándo me despertaré, por favor, recen”, concluyó.

Según CBS News, el fundador de la iglesia a la que asistía Harmon, Brian Houston, fue quien dio la noticia de la muerte del joven en redes y en medios de comunicación, y debido a la gran controversia causada por los mensajes antivacuna de Harmon, el fundador aseguró que él pedía que todos siguieran las instrucciones de sus médicos.

“Como iglesia, nuestro foco está en el bienestar espiritual de las personas de nuestras comunidades locales. En cualquier asunto médico, recomendamos a aquellos en nuestra iglesia que sigan la guía de sus doctores”.

Además, a esto le agregó que reconocía de igual forma que la vacunación es una decisión de cada persona, “mientras que nuestro equipo, liderazgo y concentración ya han recibido la vacuna del covid-19, reconocemos que esto es una decisión personal de cada individuo”.

Cabe señalar que Estados Unidos es uno de los países más afectados por el virus, y por la falta de vacunación. Según los expertos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Estados Unidos se está convirtiendo en “una pandemia de los no vacunados”.

Por otro lado, con la aparición de la variante delta, que está catalogada como lo más contagiosa, los casos activos en el país han empezado a subir, y representan más del 83 % de los casos detectados en EE. UU., que está afectando principalmente a la población no vacunada.