Este sábado 4 de septiembre, Colombia reportó 2.099 casos nuevos de coronavirus y 72 decesos a causa de la enfermedad. El momento epidemiológico de las últimas semanas contrasta drásticamente con los datos del tercer pico, que convertido en una meseta, dejó cerca de 500 muertos diarios entre mayo y julio.

María Belén Jaimes, directora (e) de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud, explicó que el momento muestra una disminución sostenida de casos y muertes, así como de ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI) en todo el país.

“En consonancia observamos que Bogotá, junto con los departamentos de Antioquia, Valle del Cauca, Atlántico, Santander y Bolívar, tienen tendencia al aumento de ocupación de camas UCI por otros eventos en salud”, aseguró.

Actualmente, la mayoría de casos en Colombia son de la variante B1.621, ahora denominada mu por la Organización Mundial de la Salud, que la ve como una de preocupación. De hecho, para el Instituto Nacional de Salud, esta fue una de las grandes responsables de la duración de la tercera ola. Asimismo, cabe recordar que gamma, landa, alpha y delta también han sido detectadas en el territorio colombiano.

“Esta última con una mayor capacidad de contagio y con la probabilidad de ser una variante dominante en los próximos dos o tres meses, siendo un riesgo para las personas sin vacunar y para aquellos adultos mayores con comorbilidades, que no han accedido al biológico”, dijo la funcionaria.

De hecho, una de las previsiones que predomina entre los expertos y el Gobierno es que en octubre será el cuarto pico epidemiológico. No obstante, hay dudas sobre si, en efecto, se dará en ese mes y de ser así, en qué momento llegará la situación más crítica.

La vacunación jugará un rol crucial y, sin duda, hará la diferencia, pero con apenas 14′824.106 esquemas completos el riesgo de un impacto grande es alto. Para el epidemiólogo Manuel Ayala, con las tasas actuales de vacunación, es completamente factible un cuarto pico con mortalidad enfocada en mayores de 50 años no vacunados.

Por eso, Ayala cree que es importante que la estrategia del Programa de Pruebas, Rastreo y Aislamiento Selectivo Sostenible (PRASS), mejore y sea más robusta.

A propósito, Jaimes se mostró preocupada por la no observancia de aumento en el rastreo de contactos estrechos de los casos activos para covid19, “con una tendencia significativa a la disminución de este indicador y de la acción por parte de los actores responsables”.

La funcionaria agregó que “se debe continuar con las acciones de fortalecimiento del PRASS en lo relacionado a la identificación oportuna de casos, intervención efectiva de sus contactos estrechos, contribuyendo de esta manera a la interrupción de las cadenas de transmisión que podrían desencadenar un cuarto pico en el país”.

Sumado a eso, hay una reducción grande en la toma de muestras diarias en el país, que tiene una capacidad máxima instalada de cerca de 100 mil análisis diarios.

Jaimes insistió en la importancia de mejorar el ritmo de vacunación, así como promover la inmunización en toda la población que aún no accede a esta, especialmente la más vulnerable, como las personas gestantes, mayores de 50 y con comorbilidades.

Además, ratificó la necesidad de mantener la adherencia a los protocolos de bioseguridad y fortalecer las acciones de autocuidado como el uso del tapabocas, el distanciamiento físico, el lavado frecuente de manos, entre otras medidas de bioseguridad, incluso en la población vacunada con una o dos dosis, es clave para disminuir el riesgo de nuevos brotes.

“Es importante recordar que así la población esté vacunada, si entra en contacto estrecho con un caso positivo o sospechoso, se le debe tomar prueba diagnóstica para covid y se debe autoaislar mientras recibe el resultado de esta prueba”, puntualizó.