El gobierno de Joe Biden ordenará la vacunación o pruebas de covid semanales a todas las empresas de más de 100 empleados, en un nuevo esfuerzo para derrotar a la variante delta del coronavirus, que genera una ola de contagios, dijo el jueves la Casa Blanca.
Las empresas deben “asegurarse de que su fuerza laboral esté completamente vacunada o exigir a los trabajadores que no se vacunen que obtengan un resultado negativo en la prueba al menos una vez por semana”, indicó.
La medida afectará a unos 80 millones de personas y se suma a la extensión de la obligatoriedad de vacunación para los empleados federales y todos aquellos que trabajen en hospitales y reciban reembolsos federales de atención médica.
La decisión fue adoptada por el gobierno Biden para frenar al avance de la variante delta en el país. De esta manera se endurecen las exigencias debido a la propagación de la variante delta, que se ha convertido en predominante y ha causado un incremento de los casos de contagio y de la ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI).
La cifra diaria de casos de infección volvió a superar los 150.000 la semana pasada, por primera vez desde enero, lo que ya se traduce en hospitales de nuevo saturados y en más de mil fallecimientos cada día.
A finales de agosto el Departamento de Defensa ordenó la vacunación de todos sus soldados, tanto en activo como en la reserva, como parte del impulso por aumentar la inoculación entre la población estadounidense.
De acuerdo con las cifras oficiales, el 53,3 % de los estadounidenses han recibido las dosis completas. Sin embargo, a nivel regional es sumamente desigual al otro lado del océano, con especial rechazo al pinchazo en el sur del país, en estados como Alabama, Luisiana o Misisipi, donde los niveles de vacunación caen preocupantemente.
“Todo lo posible”
Pero la aparición de la variante delta del virus –sumamente contagiosa– durante el verano boreal hizo que los casos volvieran a niveles de crisis, con los hospitales de algunos estados nuevamente desbordados de enfermos y moribundos.
Biden necesita urgentemente cambiar el rumbo de la pandemia –que vuelve a generar incertidumbre en la recuperación económica y en otros aspectos de su gestión– o al menos demostrar que la tiene bajo control.
La estrategia implicará tanto al sector público como al privado, dijo un funcionario de la Casa Blanca, que habló bajo condición de anonimato.
“Como ha dicho el presidente desde el primer día, su administración hará todo lo posible para controlar la pandemia”, dijo el funcionario. Pero gran parte del problema está fuera del alcance de Biden.
El gobierno federal ha distribuido vacunas gratuitas en todo el país, además de convertirse en el mayor donante del mundo a los países más pobres.
Sin embargo, los gobiernos estatales, sobre todo los republicanos de Texas y Florida, se han resistido activamente a imponer el uso obligatorio de la máscara, mientras franjas de su población se niegan a vacunarse, incluso cuando los casos se disparan.
Así, Biden y sus partidarios han empezado a llamar a la actual oleada del virus una “pandemia de los no vacunados”.
A pesar del papel desempeñado por los líderes republicanos, Biden, que al mismo tiempo está siendo criticado por la traumática salida del Ejército de Estados Unidos de Afganistán, está recibiendo gran parte de la culpa.
En la última encuesta del diario The Washington Post-ABC News, el 52 % aprobaba la gestión de Biden de la pandemia, frente al 62 % en junio.
El promedio de aprobación general de Biden está por debajo del 50 % por primera vez en su presidencia.
Según la encuesta del Washington Post-ABC News, solo el 44 % aprueba su desempeño, frente al 50 % de junio.
Los Ángeles debe aprobar vacunación obligatoria para estudiantes
De otra parte, el distrito escolar de Los Ángeles, el segundo mayor de Estados Unidos, se dispone a aprobar este jueves la obligatoriedad de la vacunación contra la covid para estudiantes mayores de 12 años.
Esto lo convertiría en el primer gran distrito escolar del país en dictar una medida semejante, en el marco del aumento de contagios, impulsado principalmente por la variante delta del coronavirus.
Unos 600.000 estudiantes están registrados en las escuelas públicas del distrito de Los Ángeles, ciudad de la costa oeste del país con casi 4 millones de habitantes. Se espera que la votación de este jueves siente un precedente para otras juntas escolares en Estados Unidos.
El distrito ya había ordenado que los niños fueran testados regularmente, así como el uso de máscaras en espacios abiertos y cerrados. Profesores y otros empleados deben estar vacunados.
De acuerdo con la propuesta, todos los adolescentes a partir de los 12 años en clases presenciales deben tomar su primera dosis hasta el 21 de noviembre, y la segunda, hasta el 19 de diciembre.
A partir de su aprobación, al cumplir 12 años los niños deberán vacunarse en 30 días.
El sindicato de profesores y muchos padres apoyan la medida, pero, al igual que en otros lugares de Estados Unidos, una minoría se opone con fuerza a las vacunas, a pesar de la rotunda evidencia científica de que son seguras y efectivas.
Cerca del 58 % de los adolescentes entre 12 y 18 años en Estados Unidos fueron inoculados con al menos una dosis.
La propuesta argumenta que la obligatoriedad es necesaria para controlar los contagios entre los estudiantes, amenazando el regreso a las aulas este año escolar tras una larga pausa en 2020.
La covid-19 “es una amenaza a la salud y seguridad de todos los estudiantes en el distrito escolar de Los Ángeles, y es una amenaza mayor al regreso exitoso a la educación presencial”, apunta.
Las vacunas, máscaras y otras medidas de control contra la covid-19 se convirtieron en el centro del debate político en Estados Unidos.
Los estados y condados donde gobierna el Partido Republicano resisten la imposición de reglas recomendadas por los médicos, argumentando que interfieren con las libertades personales.
La implementación de un programa de inmunización amplio y gratuito fue considerado clave en la reducción de nuevos casos de coronavirus, una enfermedad que deja más de 650.000 muertos y más de 40 millones de contagios en Estados Unidos.
Pero la aparición de la altamente contagiosa variante delta amenaza ese progreso, con un nuevo aumento de los casos, especialmente donde la vacunación ha tenido una baja adhesión.
Con información de la AFP.