El mundo se avanza en el proceso de inmunización contra el coronavirus en un proceso que ha tenido dificultades por las dificultades en la producción y distribución, y en medio de la aparición de nuevas cepas que ha obligado a varios países a retomar algunas medidas restrictivas.
A nivel global se han aplicado 1.758.545.333 vacunas que cobijan al 22.5 % de la población y 805.726.662 corresponden a segundas dosis (10.3 % de la población).
Y mientras se busca inmunizar con dosis completas a los habitantes del planeta, ya se empieza a estudiar la necesidad, a futuro, de un refuerzo para mantener la inmunización correcta debido a las características propias del patógeno.
Ante esta posibilidad, algunos fabricantes de vacunas ya diseñan el plan estratégico que significará la dosis de refuerzo en la lucha contra el coronavirus, ante la aparición de nuevas variantes que ponen en riesgo la inmunización y es causante de miles de muertes y fallecidos en el mundo.
Aunque los científicos han señalado que, por el momento, se prevé la aplicación de las dos dosis (salvo con la vacuna de Jansen que requiere una sola) para generar la inmunización, se necesita más información para decidir si las personas podrían eventualmente necesitar dosis de refuerzo de las vacunas de covid-19.
En ese sentido, los miembros del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC) iniciaron el estudio para determinar cuándo podría ser el momento de que la agencia hiciera recomendaciones para las dosis de refuerzo y coincidieron en su mayoría en que se necesitan más datos sobre los beneficios de los refuerzos pensados.
Entre las situaciones que obligarían a una dosis de refuerzo se encuentra la aparición de casos disruptivos como muchos infectados que previamente haya sido vacunados completamente (ya sea con una o dos dosis, según la vacuna aplicada).
“Lo que estamos buscando es una mirada muy cuidadosa a los casos disruptivos y también si actualmente hay un aumento en los ancianos; eso sería bastante claro porque actualmente están muy bien controlados” indicó la profesora de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Drexel, Sarah Long quien es miembro del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización.
Agregó que “sería un error dar dosis de refuerzo sin tener información sobre el número uno: ¿refuerzan? Y un poco de datos de seguridad. De modo que tendríamos una idea de que el refuerzo sería beneficioso antes de que pudiéramos incurrir en un riesgo desconocido”.
Investigadores y autoridades sanitarias sospechan que la inmunidad contra el coronavirus que provocan en el cuerpo las actuales vacunas podría disminuir con el tiempo, posiblemente después de un año o más, y podría no proteger tan bien contra las variantes del coronavirus que podrían surgir y evolucionar.
Los especialistas están analizando si una persona vacunada podría necesitar una dosis de refuerzo de la vacuna para mantenerse protegida contra la cepa original del coronavirus y las variantes emergentes, de la misma manera como se recomienda un refuerzo contra el tétanos cada 10 años o se recomiendan diferentes vacunas contra la influenza cada año.
Por el momento, se desconoce cuánto tiempo dura la protección inmunológica, pero los desarrolladores de vacunas y los funcionarios de salud saben que puede que no sea para siempre y que las variantes emergentes podrían escapar a la inmunidad.
Entre tanto, en el Reino Unido se adelanta un ensayo llamado CoV-Boost (potenciador contra el covid-19 con la participación de miles de voluntarios a los que se les inyectará una tercera dosis para investigar cuáles vacunas podrían usarse como dosis de “refuerzo” con lo cual se proteja contra nuevas variantes y evitar el colapso del sistema de salud en época de invierno.
Se trata del primer ensayo en el mundo con el que se busca proporcionar datos sobre el impacto de una tercera dosis en las respuestas inmunes de los pacientes y determinar el efecto de una dosis adicional en siete vacunas diferentes, entre 2.886 participantes del Reino Unido.
La prueba se hará utilizando las vacunas de AstraZeneca, Pfizer y Moderna.
El Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización (JCVI) analizará los resultados para decidir si es necesaria una dosis de refuerzo y cuál de las vacunas sería la más adecuada para este uso.
Se espera tener los primeros resultados a finales de agosto, tras lo cual, esta organización tomará una decisión final en septiembre para comenzar a desarrollar un nuevo plan de vacunación hacia fin de año.
Entre tanto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) señalaron en su sitio web que en este momento no se ha establecido la necesidad y el momento para las dosis de refuerzo de covid-19. No se recomiendan dosis adicionales en este momento”.
Sin embargo, el director general de sanidad de EE. UU., Wolf Blitzer, dijo en una entrevista que los estadounidenses deben prepararse para recibir una inyección de refuerzo de la vacuna contra el covid-19 dentro de un año.
“Tenemos que ver cuánto tiempo dura la protección. Sabemos que dura al menos seis meses, pero tendremos que ver. Sin embargo, es muy posible y la gente debe estar preparada para el hecho de que es factible que necesitemos un refuerzo dentro de un año”, puntualizó.