Tras la aparición y rápida propagación de la variante ómicron en el mundo, creando una nueva ola de contagios en varios países, las autoridades en salud lanzaron una alarma por el uso adecuado de los tapabocas, al igual que instan a la población a seguir las medidas de protección para prevenir las infecciones por el virus.

Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es necesario mantener el uso de tapabocas en ambientes con poca ventilación, al igual que en los recintos cerrados y aquellos en los que no se pueda mantener un mínimo de distancia.

“En los entornos en los que haya transmisión comunitaria o en conglomerados del SARS-CoV-2, con independencia del estado de vacunación o de si ya se ha pasado la infección, se recomienda que la población utilice mascarillas bien ajustadas que cubran la nariz y la boca cuando se interactúe con personas que no son miembros de su hogar”, confirmó la organización sobre los momentos en los que se debe tener el tapabocas para prevenir contagios.

Con respecto a los tapabocas tipo N95, la OMS afirmó que estos se conocen como autofiltrantes, los cuales no solo están en la referencia N95, sino también en las FFP2, FFP3, N99 o N100. La organización explica que estos se ajustan a la cara de la persona, proporcionando seguridad contra el contagio solamente si está bien ajustado, de lo contrario se podrían filtrar las partículas con el virus.

“Estas mascarillas están concebidas para proteger a los trabajadores de la salud que atienden a pacientes con covid-19 en entornos y zonas donde se llevan a cabo intervenciones que generan aerosoles”, asegura la OMS, y agrega que también las suelen usar los médicos que atienden los pacientes con sospechas del virus en ambientes con poca ventilación.

Aunque este tipo de tapabocas son desechables, según Linsey Marr, una profesora de Ingeniería Civil y Ambiental en Virginia Tech, Estados Unidos, asegura que esta mascarilla puede llegar a durar una semana o hasta 40 horas, según confirmó para el medio estadounidense CNN. Marr aseguró que las fibras, o el sistema de filtración de este tipo de elementos, no se degradaba fácilmente.

Un hombre recibe la tercera dosis de la vacuna AstraZeneca contra COVID-19 en la Ciudad de México, el 4 de enero de 2022. (Foto de ALFREDO ESTRELLA / AFP) | Foto: AFP or licensors

“No se degradarán a menos que la frotes físicamente o le hagas agujeros...Tendrías que estar en aire muy contaminado durante varios días antes de que perdiera su capacidad de filtrar partículas. Entonces, realmente puedes usarlas durante mucho tiempo”, aseveró la profesora.

Y continuó agregando, “la gente ha estado hablando de 40 horas, creo que está bien. (...) Las correas se aflojarán demasiado o tal vez se rompan antes de que pierdas la capacidad de filtración”, haciendo referencia a la capacidad de los tirantes, ante esta falencia de los tapabocas N95, sería necesario retirarlos y cambiarlos, ya que cuando pierden elasticidad no se ajustan correctamente a la cara del usuario, por lo que se correría el riesgo de que se filtren partículas por los lados como explicó la OMS.

La profesora Marr afirmó para el medio mencionado que una de las formas de identificar que hay que cambiar el tapabocas N95 es cuando se hace difícil poder mantener un flujo de aire y respiración, ya que significaría que el filtró no se ocupó completamente.

“Cuanto más tiempo la usas, más material atrapa, lo que significa que la transpirabilidad y la resistencia de la mascarilla comienza a disminuir... Uno de los primeros indicadores de poder cambiarla si se ve bien y limpia es que se siente un poco más difícil respirar. Cuando parece haber más resistencia con cada respiración”, acotó.