En medio de la batalla que libran diariamente los médicos y científicos para hacerle frente al coronavirus, que deja hasta el momento en el mundo más de cinco millones de fallecidos, hay también noticias esperanzadoras para atacar al delta, una de las variantes del mortal virus.
Jennifer Doudna, ganadora del Nobel de Química en 2020, asegura haber descubierto junto a su equipo el “arma oculta” de la variante delta; un gran avance sin duda para la ciencia y la humanidad.
La científica, junto a sus colegas de la Universidad de California en Berkeley y el Instituto de Virología Gladstone (San Francisco), afirmaron en un nuevo estudio publicado en la revista Science haber identificado en delta una mutación que le permite propagarse en el cuerpo con gran rapidez, una característica que podría estar vinculada a su mayor capacidad de contagio.
Hasta el momento, la ciencia había identificado que delta tiene ventaja sobre las demás variantes del SARS-CoV-2 , teniendo en cuenta las mutaciones (cambios genéticos) que potencian a su proteína S, la parte del virus que le permite entrar en la célula humana.
No obstante, existen mutaciones que los científicos no han podido analizar porque sus efectos se dan en el interior del virus.
Por lo tanto, para desvelar el misterio del delta, la experimentada bioquímica y sus colegas desarrollaron unas partículas imitadoras de virus con todas las partes del SARS-CoV-2 y modificó su proteína N con mutaciones presentes en las variantes conocidas.
Una vez infectaron las células con dichas partículas, vieron que aquellas que tenían la mutación R203M, presente también en la proteína N de la variante delta, generaron diez veces más copias de ARN en comparación con el virus original, algo que para Jennifer Doudna fue “una sorpresa”.
Sin embargo, para corroborar los resultados, los científicos se trasladaron a un laboratorio con condiciones de bioseguridad de alto nivel, pues debían de probar con el virus de verdad.
Para ello, insertaron la mutación R203M en un coronavirus y aseguran que cuando este ingresó en las células pulmonares, produjo 51 veces más virus infecciosos que la cepa original del SARS-CoV-2.
En la revista Science, los científicos explicaron que las personas infectadas con la covid-19, un porcentaje muy pequeño de partículas virales producidas por una célula son capaces de infectar otras células. Una causa de ello es que carecen de fragmentos de ARN o de la totalidad de este material genético.
No obstante, parece que la mutación R203M vuelve al virus más eficiente para colocar ARN en las nuevas copias virales.
“Esta mutación que se encuentra en delta hace que el virus sea mejor en la producción de partículas infecciosas y, por eso, se propaga más rápidamente”, indicó el ingeniero biomédico Abdullah Syed, coautor del estudio.
A propósito de esta variante, el pasado 19 de octubre el Gobierno británico admitió que estaba analizando muy de cerca una cepa “descendiente” de la delta del virus de la covid-19, la cual podría superar su transmisibilidad entre 10 % y 15 %.
Un informe revelado por la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido señaló que “un sublinaje de delta (cuya transmisibilidad es del doble al virus original) recientemente designado como AY.4.2 se está expandiendo en Inglaterra”.
En el documento se especificó que en la semana del 27 de septiembre se observó que cerca de 6 % de los casos eran de AY.4.2 y su trayectoria es ascendente. Aseguraron que esta nueva variante posee dos mutaciones en su proteína de pico, denominadas como A222V y Y145H.
Al respecto, el profesor de microbiología clínica en la Universidad de Cambridge, Ravi Gupta, dijo en días pasados en entrevista con The Guardian que estas mutaciones del virus no eran motivo de preocupación particular, pues “A222V se ha visto en otros linajes de delta. No tiene un efecto muy grande sobre el virus”.