Un estudio científico publicado en la revista Nature sostiene que la inmunidad natural contra el coronavirus puede ser menor a la esperada, pues las personas infectadas podrían contagiarse nuevamente después de uno o dos años.
La reinfección en este tipo de población podría darse nuevamente si los individuos no toman las medidas necesarias de prevención, como la aplicación de la vacuna o el uso del tapabocas.
La investigación fue realizada por analistas de la escuela de Yale de Salud Pública en Connecticut, Estados Unidos, quienes crearon modelos de predicción basados en la relación genética que hay entre la covid-19 y otros tipos de coronavirus.
Hay que recordar que el concepto de “inmunidad natural” se refiere a la generación de anticuerpos específicos ante un virus determinado sin que el individuo haya estado vacunado con anterioridad. A pesar de los estudios e investigaciones llevadas a cabo, aún no hay una certeza absoluta sobre cuánto tiempo dura esta inmunidad natural en el organismo.
Algunos estudios sostienen que la inmunidad natural puede durar un año, aunque luego de seis meses baja y sube la posibilidad de que las personas presenten síntomas leves de la covid-19. También se ha llegado a advertir que los mayores de 65 años son quienes más estarían vulnerables a una reinfección.
El estudio publicado en la revista Nature concluye que el promedio de reinfección del coronavirus aumenta 5 % después de cuatro meses del contagio inicial y sube al 50 % después de 17 meses de que la persona haya contraído la covid-19 en una primera ocasión.
“Se basan en el supuesto de que las similitudes genéticas de los virus estudiados predicen similitudes en rasgos relevantes para la reinfección”. Podría ser demasiado pronto para hacer una declaración segura respecto a la rapidez con que la protección disminuye después de una infección por covid-19″, criticó Sarah Cobey, bióloga evolutiva de la Universidad de Chicago.
Los científicos insisten en que la mejor forma para evitar una reinfección del coronavirus es inmunizarse por medio de la vacunación. Otra de las medidas que los gobiernos han venido implementando es la aplicación de una tercera dosis de la vacuna, la cual aumenta la protección contra las variantes de la covid-19.
En Estados Unidos, el proceso está de la siguiente manera: por un lado, para las personas que recibieron Pfizer la tercera dosis está autorizada, por ahora, solo para para adultos de 65 años o más, adultos con alto riesgo de padecer una enfermedad grave por covid-19 y adultos con posible exposición frecuente al coronavirus a través de su trabajo.
Según un estudio elaborado por los dos laboratorios y publicado el jueves de esta semana, una tercera dosis de la vacuna contra el covid-19 de Pfizer/BioNTech tiene una eficacia de 95,6 % contra las formas sintomáticas de la enfermedad.
El ensayo clínico de fase 3, realizado en “10.000 personas de más de 16 años”, muestra “una eficacia relativa de 95,6 %” y “un perfil de seguridad favorable”, según un comunicado.
“Estos son los primeros resultados de la eficacia de un ensayo aleatorio para un refuerzo de la vacuna covid-19″, señalaron ambas compañías.
Este estudio se llevó a cabo mientras “la variante delta era la principal cepa” circulando durante este período.
Sin embargo, en Europa cambia el grupo poblacional que recibirá una tercera dosis, pues la Agencia de Medicamentos (EMA) aprobó a principios de octubre una tercera dosis de Pfizer para personas mayores de 18 años, dejando a los propios Estados miembros que elijan de manera más precisa a qué segmentos se les inoculará.
Por ejemplo, Francia ha comenzado a administrar esta dosis de refuerzo a ciertas categorías de la población: los más mayores de 65 años (seis meses después de la vacunación) y las personas con el sistema inmunológico debilitado.
Otros gobiernos han ido más allá: en Israel, la tercera dosis está disponible a partir de los 12 años, cinco meses después de la vacunación.