Desde que fue hallada y detectada la variante delta del coronavirus, originada en India, las autoridades globales aseguraron que esta sería dominante debido a su alta capacidad de transmisión, aunque no de mayor riesgo de mortalidad.
A partir de ese momento, se comenzó a especular con la capacidad de respuesta de las vacunas con las que se adelantan los planes de inoculación en el mundo contra las variantes y, a la vez, se comenzaron ágiles estudios que pudieran determinar esta efectividad de las diferentes vacunas de las farmacéuticas.
Israel es el país que más ha avanzado en este propósito, aunque los resultados no son esperanzadores. Hace tan solo un par de semanas el Ministerio de Salud de este país señaló que la efectividad de la vacuna de Pfizer / BioNTech contra la variante delta era del 64 %. Sin embargo, este viernes, la misma cartera señaló que un esquema completo de Pfizer (dos dosis) redujo su efectividad contra la variante a un 39 %.
En términos generales, contra el SARS-CoV-2, Israel ratifica que Pfizer es efectiva en un 88 % de protección contra la hospitalización y un 91 % con manifestar una enfermedad grave.
Los resultados presentados este viernes tienen un alto contraste respecto a un estudio que se realizó en el Reino Unido y que señala que la vacuna de Pfizer es efectiva en casi un 90 % contra la variante delta de la covid-19.
Otra de las alarmas que encendió Israel es que este biológico reduce su capacidad de protección conforme pasa el tiempo de vacunación, pues las personas que completaron sus esquemas en enero ahora tienen una protección del 17 %, comparado con el 75 % de quienes terminaron el ciclo en abril.
Hace tan solo una semana Israel comenzó a administrar una tercera dosis de la vacuna Pfizer a pacientes con riesgo inmunológico, tras el aumento de casos por coronavirus debido a la propagación de la variante delta.
El Estado hebreo fue uno de los primeros países del mundo en lanzar a mediados de diciembre una amplia campaña de vacunación, gracias a un acuerdo con el gigante farmacéutico Pfizer, que suministró al país rápidamente con millones de dosis a cambio de recopilar los datos sobre los efectos de su vacuna desarrollada con la empresa BioNTech.
Esta campaña permitió administrar dos dosis de la vacuna a más del 55 % de la población, incluso a cerca del 85 % de los adultos, lo que favoreció la reapertura de las cafeterías, bares y comercios, así como una reducción del número de casos de covid de 10.000 a menos de 100 por día.
Pero, en las últimas semanas, los contagios han aumentado a causa de la propagación de la variante delta del virus, lo que ha obligado a las autoridades a imponer de nuevo algunas medidas sanitarias como el uso obligatorio de la mascarilla en los lugares públicos cerrados.
Ante el avance de la nueva cepa, el Ministerio de Sanidad anunció el 12 de julio que había autorizado la inoculación de una tercera dosis de la vacuna Pfizer a algunas personas que presentan riesgo inmunológico y que no han respondido bien a las dos administradas para protegerse de la covid-19.
“Existe una creciente evidencia de que los pacientes con inmunosupresión no desarrollan un nivel satisfactorio de anticuerpos después de dos dosis de la vacuna contra el coronavirus, algunos pueden desarrollar estos anticuerpos después de tres dosis”, señaló el Ministerio en un comunicado.
“A la luz del aumento en el número de casos en las últimas semanas y el alto riesgo que representa para los pacientes inmunodeprimidos con enfermedades graves, estos ahora pueden recibir una tercera dosis de la vacuna”, agregó la administración sanitaria, que publicó una lista de los tipos de pacientes que pueden requerir una tercera dosis, como los que han tenido un trasplante de órganos.
*Con información de la AFP.