Por primera vez en más de dos años, Japón volverá a aceptar este mes a turistas extranjeros, pero solo de cuatro países, en un experimento de reapertura muy delimitado, anunció el Gobierno.
El archipiélago solo aceptará turistas de Estados Unidos, Australia, Tailandia y Singapur que participen en viajes organizados con itinerarios fijados de antemano y acompañados en todo momento de guías oficiales.
Además, los visitantes deberán haber recibido tres dosis de la vacuna contra la covid-19 y haberse suscrito a un seguro médico privado, según un comunicado de la agencia japonesa de turismo. Japón ha estado cerrado a los visitantes extranjeros desde el comienzo de la pandemia y hasta ahora no ha empezado a levantar algunas barreras para viajeros de negocios, estudiantes y trabajadores extranjeros.
El primer ministro Fumio Kishida desea acelerar este proceso, pero debe convencer a una opinión pública todavía mayoritariamente contraria. Antes de la pandemia, Japón apostaba cada vez más por este sector para sustentar su economía. En 2019 acogió el récord de 31,9 millones de turistas y en 2020 aspiraba a superar los 40 millones con los Juegos Olímpicos de Tokio, finalmente aplazados por el covid y celebrados sin público.
El archipiélago se está quedando atrás respecto a otros países de la región que impusieron drásticas barreras a los turistas al inicio de la pandemia, pero ahora están reabriéndose, como Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur o Singapur.
Precisamente, Nueva Zelanda se reabrirá totalmente al mundo en agosto de 2022, poniendo fin a una de las más duras restricciones fronterizas por el covid-19, anunció la primera ministra Jacinda Ardern. A partir de las 11:59 p. m. del 31 de julio se eliminarán por completo las salvaguardias fronterizas y se suprimirán las pruebas previas a la salida, dijo Ardern.
“Nueva Zelanda está ahora totalmente abierta para los negocios”. Sin embargo, hubo quienes los criticaron por falta de flexibilidad y compasión y por haber frenado a la economía. Durante gran parte de la pandemia, quienes llegaban del exterior debían hacer dos semanas de cuarentena en hoteles del Gobierno vigilados por los militares. Tales restricciones fueron levantadas para residentes de Nueva Zelanda y viajeros de países que no requieren visa de entrada. Al resto del mundo se le dijo que deberá esperar a octubre.
Pero Ardern anunció en un encuentro empresarial en Auckland que la fecha fue adelantada en más de dos meses como parte de una serie de anuncios para apuntalar la economía, en especial a la industria turística. Los controles que datan de marzo de 2020 fueron elogiados en su momento y permitieron a Nueva Zelanda tener una de las tasas de mortalidad por covid más bajas entre los países industrializados.
“Esta es una buena noticia para familias, empresas y nuestras comunidades de migrantes. También le da seguridad y tiempo de preparación a las empresas aéreas y de cruceros que piensan volver a Nueva Zelanda en las temporadas de primavera y verano”, indicó la gobernante.
El país recibió 3,9 millones de visitantes internacionales en 2019, lo que convirtió al turismo en su principal fuente de divisas, con más de 10.900 millones de dólares anuales. Ardern también anunció cambios importantes a las normas migratorias para atraer trabajadores de sectores deficitarios como ingeniería, salud y tecnología informática.
Con información de AFP