La vacuna contra la covid-19 del laboratorio estadounidense Novavax se convertirá en la quinta disponible en Francia tras el visto bueno de la Alta Autoridad de Salud (HAS), que la calificó de “alternativa útil” a los inyectables con ARN mensajero.
Aunque Francia ya había autorizado el uso de cuatro vacunas, en la práctica, las de Pfizer y Moderna, basadas en esa tecnología inédita, representan casi la totalidad de las usadas en el programa de vacunación.
Las otras dos -AstraZenenca y Janssen- se destinan a los países de renta baja, a través del programa internacional Covax.
La HAS, encargada de definir la política de vacunación en Francia, abogó por privilegiar las vacunas de ARN mensajero en las primeras inyecciones, así como en las dosis de refuerzo, por su elevada eficacia.
Sin embargo, ante las reticencias de algunos ciudadanos con estas por temores sobre su tecnología o por haber registrado efectos adversos durante una primera inyección, esta autoridad recomienda como “alternativa útil” la administración de Novavax y de Janssen.
En un contexto de repunte de contagios por la variante ómicron, es “indispensable” vacunar a los que todavía no lo hicieron y acelerar la campaña de refuerzo, apunta la HAS, que reserva en prioridad Novavax a los mayores de 55 años y prohíbe su uso como dosis de refuerzo.
El Ministerio de Salud indicó esta semana que las primeras entregas de Novavax, que recibieron el pasado 21 de diciembre el visto bueno de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), tendrán lugar en febrero.
Esta noticia llega acompañada con la huelga de profesores que se vive en ese país, cansados de la gestión gubernamental de la crisis sanitaria, a tres meses de las elecciones presidenciales.
Unas 77.500 personas se manifestaron en todo el país, 8.200 de ellas en París, según el Ministerio de Interior, que registró 136 movilizaciones en toda Francia.
“Se está expresando el enfado. Hay un sentimiento real de frustración y el gobierno tiene que darse cuenta de ello”, alertó a la AFP Guislaine David, líder del sindicato de maestros mayoritario en primaria, Snuipp-FSU.
Desde la vuelta al colegio el 3 de enero, tras la pausa por las fiestas de fin de año, el Gobierno anunció hasta tres protocolos diferentes en las escuelas, exasperando a los maestros y recabando críticas de la oposición.
“Estamos en el 30º protocolo desde el comienzo de la crisis sanitaria”, lamentó Vanessa Cognet, directora de una pequeña escuela rural en Châteldon (centro), denunciando que las nuevas instrucciones llegan un día antes de su puesta en aplicación, tarde en la noche.
El primer ministro, Jean Castex, anunció el más reciente protocolo, ligeramente más flexible para calmar los ánimos, pero los maestros mantuvieron la huelga, con el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, en la mira.
Cuando se detecta un caso positivo en una clase, el resto de alumnos deben realizar hasta tres autopruebas en casa para continuar asistiendo al colegio, sin necesidad de someterse a una primera prueba de antígenos o PCR como previamente.
Las medidas anteriores provocaron largas colas ante farmacias de padres que en muchos casos abandonaron su trabajo para someter a una prueba a sus hijos, para que pudieran volver al día siguiente a clase en caso de dar negativo.
*Con información de AFP.