En medio de tanta incertidumbre, nostalgia, miedo y todo el cóctel de sentimientos que trae la pandemia del coronavirus, el mundo recibió una noticia esperanzadora y al mismo tiempo increíble. Lucille Randon, conocida en el sector religioso como la hermana André, y quien es la segunda mujer más anciana del mundo, superó el coronavirus.

La francesa está próxima a cumplir los 117 años de edad, por lo que es la más longeva después de la japonesa Kane Tanaka, de 118 años. La hermana André dio positivo para coronavirus el pasado 16 de enero en su hogar de ancianos en Toulon, según indican medios franceses. Sin embargo, Randon no presentó síntomas, lo que es extraño para una persona de su edad. “Ni siquiera me di cuenta de que lo tenía”, contó la mujer.

La hermana André no se preocupó cuando escuchó la noticia de su infección. David Tavella, el portavoz oficial del lugar de ancianos, contó que la mujer nunca le preguntó acerca de su estado de salud ni tampoco manifestó preocupación alguna, sino que su incertidumbre estaba en cómo iba a seguir haciendo su rutina diaria y si sus hábitos cambiarían.

Los ancianos son los más afectados por la pandemia, no solo al ser los más vulnerables, sino también los más olvidados.

“No me preguntó sobre su salud, sino sobre sus hábitos. Quería saber, por ejemplo, si cambiaría la hora de la comida o de acostarse. Ella no mostró miedo a la enfermedad. Sin embargo, estaba muy preocupada por los otros residentes”, aseguró Tavella.

En enero, el hogar de ancianos donde vive Randon presentó un pico preocupante de contagios, ya que 81 de los 88 residentes de la instalación dieron positivo y unos diez murieron. “Fue asombro. No entendimos cómo, a pesar de los gestos de barrera, a pesar de la contención de los residentes y otras medidas de precaución excepcionales, el virus pudo propagarse tan rápidamente”, sostuvo el gerente de comunicación del asilo de ancianos. En ese sentido, agregó que, “sin duda, nos hemos encontrado con una cepa bastante particular. La monja ahora se considera curada: pudo salir de su habitación y regresar a misa”.

En Croacia, una mujer también dio luces de esperanza, a pesar de que no tiene la edad de la hermana André. Se trata de Margareta Kranjcec, quien vive en una residencia para ancianos en Karlovac, en el centro de Croacia.

Muy menuda, arrebujada en su cama y con un pulgar hacia arriba confirma que todo está bien: esta croata de 99 años sobrevivió a covid-19 después de pasar tres semanas en el hospital.

Stefica Ljubic Mlinac, directora del establecimiento, explicó a la AFP que se habían realizado tests a los huéspedes debido a varios casos de fiebre.

Entre las personas infectadas, la casi centenaria no presentaba síntomas.

No obstante, la mujer fue trasladada al hospital como medida de precaución. “Considerando su edad y su fragilidad, es realmente sorprendente que el coronavirus no la haya afectado”, añadió Ljubic Mlinac.

La casi centenaria mujer, quien por lo general se encuentra postrada en su cama a causa de su fragilidad, no padece ninguna enfermedad grave. Y, cuando un fotógrafo de la AFP se acercó a su cama en la casa de salud de San Antonio, la anciana, tocada con un pañuelo negro con lunares blancos levantó el pulgar para dejar claro de que todo iba bien.

*Con información de AFP