Desde que llegó la covid–19 a Colombia, la vida de muchas personas ha cambiado y las relaciones de parejas no han sido la excepción. Pero, ¿qué incidencias tiene no tener una vida sexual activa? Esa y otras preguntas fueron resueltas por la psicóloga Claudia Almanza, experta en terapia de pareja, quien ha conocido de cerca el alto flujo de consultas hechas a través de la plataforma doctoraki.com de Servicios Bolívar que conecta a las personas con médicos y especialistas particulares.
Las consultas sobre problemas de sexualidad se han incrementado en un 74 % en el último semestre con respecto al año pasado, lo que evidencia una problemática, pero da esperanza de mejorar cuando ya se ha perdido la vergüenza por hablar de temas tabú y que en realidad afectan directamente la estabilidad de hombres y mujeres.
Almanza indica que para analizar cualquier tema sexual es importante resaltar que el ser humano es una integración de elementos físicos, mentales, emocionales, intelectuales y sociales. “La sexualidad se ha visto afectada por la pandemia. Se incrementaron las disfunciones y otras han surgido debido al miedo tóxico y a la incertidumbre”, dijo.
Estos son las principales precauciones sexuales:
· Apatía en el deseo sexual
· Trastornos de excitación en la mujer
· Dificultad en la erección
· Dificultad en el orgasmo femenino
“Estas disfunciones tienen como base la dificultad para entablar una comunicación. Las personas no hablan claramente de sus necesidades sexuales, de sus gustos ni de las expectativas ante este encuentro tan íntimo”, dijo Almanza.
Los factores que han hecho de la sexualidad de las parejas un tema del que preocuparse están relacionados con la rutina, el encierro y la falta de interacción, pues son conductas que generan más monotonía y estrés que se ven reflejados en la relación de pareja.
En la mayoría de las oportunidades hay otros temas de qué preocuparse en las mujeres, por ejemplo, por el rol multitarea que muchas desempeñan, y en el caso de hombres por la tensión ante la incertidumbre del futuro, lo que se desencadena en una disminución del deseo sexual.
“Es clave incluir el sexo en nuestra vida porque gracias a este realizamos ejercicio, nos relajamos, aliviamos dolores, se mejora el sistema inmunológico, se disminuye el estrés y activamos las hormonas de la felicidad”, indicó la especialista.
Entre los puntos a resaltar en la información entregada por la plataforma de atención a la ciudadanía está que no tener vida sexual activa puede derivar en conductas depresivas, ansiosas, adictivas o agresivas.
Almanza indicó la necesidad de amarse a uno mismo, “no se puede dar lo que no se tiene y, por lo tanto, esperar que la pareja llene todos los vacíos emocionales. Mantener una relación sana implica un compromiso personal en dar lo mejor, poner límites, saber qué se puede negociar y qué no, y, por sobre todo, manejarse con respeto y libertad”.
De igual manera aclaró que la vida de pareja se compone de varios aspectos entre ellos el sexo. “Sin este componente, pasa a otra clasificación de “amigos” o enemigos en algunos casos. La frecuencia en cuanto a los encuentros sexuales deberían ser regulares, gozosos y creativos, aunque no existen reglas al respecto. La pareja debe hablar sobre el tema estableciendo espacios para lograrlo”, señaló Almanza.
¿Cómo tener una sexualidad saludable?
● Comer bien y seguir una buena dieta influye de manera positiva en la libido y en el apetito sexual.
● Mantener una relación saludable sustentada en valores resulta clave.
● Desistir de las relaciones tóxicas.
● Hablar sin tapujos con la pareja en lo relativo al sexo.
● Manejar el estrés para fomentar en la pareja el equilibrio emocional.
● Hacer ejercicio físico para favorecer el buen ánimo y el bienestar.
● Fortalecer la autoestima y la confianza en sí mismo para mantener una relación gratificante.