Ante la creciente resistencia en algunos países latinoamericanos a participar de la inoculación contra el nuevo coronavirus –e incluso la negativa a vacunarse de todo un pueblo, el de San Juan Cancuc, en Chiapas, México– debido a la abundante información falsa que circula en redes sociales, a continuación el virólogo alemán Felix Drexler ayuda a desbaratar los mitos:
1. “La vacuna va a modificar nuestro ADN humano”
Felix Drexler: No está demostrado. Primero hay que diferenciar entre los tipos de vacuna. Las vacunas basadas en tecnología de ácido ribonucleico (ARN) mensajero ni llegan cerca a nuestro ADN, que está dentro del núcleo de nuestras células. Entonces, eso es extremadamente poco probable. Las vacunas que emplean vectores virales, que en sí tienen un genoma de ADN, sí podrían llegar más cerca de nuestro genoma, pero hay que enfatizar que esto es, igualmente, muy poco probable. No hay ninguna evidencia de riesgos para el ADN humano con alguna de las vacunas desarrolladas.
2. “La vacuna puede interferir en la fertilidad de las mujeres y los hombres”
Tampoco hay ninguna certeza de que esto ocurra. Al contrario, ya han surgido las primeras evidencias de que la propia infección por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 puede influir en la fertilidad de los hombres, pero esto sería consecuencia de la infección del virus, y no por la vacuna.
3. “La vacuna no protege de las mutaciones de la covid-19”
Hay evidencias de que algunas de las vacunas tienen eficacia reducida contra algunos virus mutados. Por ejemplo, en Sudáfrica se acaba de interrumpir la inoculación con la vacuna de AstraZeneca debido a la emergencia por la cepa mutante. Sin embargo, debemos diferenciar primero que hay varias vacunas que también han demostrado eficacia frente a las nuevas variantes del virus, como las de ARN mensajero.
Es verdad que, en general, hay una capacidad un poco reducida para neutralizar las mutaciones, pero no se puede decir que una vacuna con eficacia reducida sea inútil en la lucha contra las cepas mutantes. Porque, de cualquier modo, es muy probable que estas vacunas, incluyendo la de AstraZeneca, reduzcan bastante los casos graves de la enfermedad.
4. “Las vacunas han sido desarrolladas en muy corto tiempo, por eso no se puede confiar en su seguridad y eficacia”
Ciertamente, las vacunas se han desarrollado en muy corto tiempo, pero qué suerte que ahora las tengamos. Si se comparan los gastos que tenemos debido al confinamiento y a la interrupción de la producción económica, el impacto de las vacunas, como siempre ha sido característico, sale muchísimo más barato que el costo real que tenemos ahora. Finalmente, es verdad que al ser vacunas nuevas, no se pueden juzgar las consecuencias a largo plazo, pero no hay evidencia de ningún impacto negativo hasta el momento. Nadie nos puede decir lo que ocurrirá dentro de diez o veinte años.
5. “La vacuna no protege contra el coronavirus. Muchos que fueron vacunados se han contagiado y hasta han muerto”
Sin generalizar, es cierto que los vacunados se pueden infectar y pueden potencialmente infectar a otros, pero no se enferman gravemente. Los datos que estamos viendo ahora en Israel –donde ya se ha vacunado a gran parte de la población– y otros datos que han surgido indican, claramente, que los vacunados que se infectaron tienen mucha menos replicación viral que los no vacunados. Es decir, contagian mucho menos. Eso es una gran noticia.
Todavía no existe un registro de monitoreo internacional de vacunados con tal o cual vacuna y sus efectos, pero en el caso de Israel, de un millón de vacunados se supo de alrededor de ocho casos de covid-19, y ninguno murió. La misma cantidad de gente no vacunada reporta miles de casos de covid-19, con muchos muertos. Entonces, los números son muy claros. Hasta ahora no hay ninguna evidencia en el mundo de que alguien haya muerto a causa de la vacuna.
6. “Los efectos secundarios son peligrosos”
No. En algunos casos se pueden producir reacciones alérgicas un poco más graves, pero que son manejables con medicamentos. En esos casos, el médico que vacuna debe saber si el paciente tiene determinadas alergias, para poder prevenir e intervenir. La gran mayoría de los vacunados jóvenes sufren efectos secundarios como los de una gripe leve, un poco de fiebre o dolor corporal. El brazo puede sentirse adolorido durante un día. Pero todo eso se puede tratar con un simple analgésico.
Esas reacciones son manejables en el uso clínico. Por eso se pide, en general, que los vacunados esperen al menos media hora después de recibir la vacuna para ver si hay una reacción alérgica. Cabe recordar que todo medicamento, hasta la aspirina que tomamos frecuentemente, tienen efectos secundarios.
7. “Si ya superé el coronavirus, no necesito vacunarme”
No lo sabemos con certeza, eso todavía está sujeto a estudios. El problema es que uno puede haber sido infectado y haber desarrollado una respuesta inmune muy débil. Probablemente, quien ha sido infectado podría recibir, como se está haciendo ahora en Francia, solo una dosis de la vacuna. Eso ayudaría también a los fines de economizar las escasas dosis de vacunas y privilegiar así a los que todavía no han sido infectados.
*Reportaje de la DW