A comienzos de 2021 el Instituto Nacional de Salud (INS) detectó la variante B.1.621 del SARS-CoV-2 en el territorio nacional, emparentada con el linaje B.1. que circula tradicionalmente en el país desde que comenzó la pandemia. En ese momento, la reportó en las bases de datos internacionales. Ahora, después de meses, la Organización Mundial de la Salud la considera de interés y la bautizó Mu (μ).
Lo que llamó la atención de los científicos del INS sobre esta variante es que tiene tres mutaciones de interés en la proteína spike o S del virus, por lo que siempre fue objeto de seguimiento especial y observación por el grupo de genómica y microorganismos emergentes del instituto.
En abril de este año, el INS solicitó a los administradores de la plataforma Pangolín, la codificación y asignación de un nombre para las secuencias provenientes del linaje B.1 en las que se observaban las mutaciones que llamaban la atención.
El interés de los expertos y sus hallazgos en Colombia fueron confirmados un tiempo después, pues al ser definida por la OMS como una variante de interés mundial, junto a Eta, Iota, Kappa y Lambda, se demuestra que su presencia está asociada a características como la alta transmisibilidad.
Durante el mes de julio, la B.1 comenzó a existir bajo la denominación B.1.621 y mediante análisis filogenéticos y evolutivos realizados por el INS, se logró su plena caracterización y se observó su rápida dispersión por los distintos departamentos de país.
Tanto así que la B.1621 es, junto con otros factores, la responsable de que el país viviera un tercer pico de la pandemia con una gran número de contagios, muy superior a los anteriores.
“Éste aporte científico nos confirma varias cosas, que la estrategia de vigilancia genómica definida por Colombia funciona y que gracias a la rigurosidad de nuestros análisis, el país genera evidencia útil y práctica para tomar decisiones en medio de la pandemia”, considera Martha Ospina, directora del INS.
¿Qué es una variante de interés?
La OMS ha estado vigilando, en colaboración con asociados, redes de expertos, autoridades nacionales, instituciones e investigadores, la evolución del SARS-CoV-2 desde enero de 2020. A finales del año pasado, empezaron a usarse las categorías de variante de interés y de preocupación, para enfatizar y priorizar el seguimiento y la investigación en todo el mundo.
De acuerdo con la organización, las características de las variantes de interés o VOI, por sus siglas en inglés, son:
- presentan cambios en el genoma que, según se ha demostrado o se prevé, afectan a características del virus como su transmisibilidad, la gravedad de la enfermedad que causa y su capacidad para escapar a la acción del sistema inmunitario, ser detectado por medios diagnósticos o ser atacado por medicamentos;
- según se ha comprobado, dan lugar a una transmisión significativa en medio extrahospitalario o causan varios conglomerados de covid-19 en distintos países, con una prevalencia relativa creciente y ocasionando números cada vez mayores de casos con el tiempo, o bien que presentan, aparentemente, otras características que indiquen que pueden entrañar un nuevo riesgo para la salud pública mundial.
La OMS pretende que los Estados adopten medidas si detectan alguna de estas variantes, como informar a la organización, envíar las secuencias completas del genoma y de metadatos conexos a una base de datos públicamente disponible, la realización de estudios en terreno para conocer mejor los posibles efectos de la variante de interés en las características de la covid-19, entre otras.