El mes pasado, la directora de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud y Protección Social (MinSalud), Claudia Cuéllar, informó que el país se encontraba en el primer pico respiratorio no covid del año, influido principalmente por la temporada invernal.

Luego de cuatro semanas, la situación epidemiológica continúa estable, según los informes que ha presentado el MinSalud, aunque los casos de infecciones respiratorias agudas (IRA) continúan en crecimiento.

Este panorama ha hecho que las autoridades sanitarias tengan que alertar sobre la ocupación de unidades de cuidados intensivos pediátricas en ciudades como Bogotá y Medellín, donde estas mediciones han alcanzado un porcentaje del 94 %.

Cuéllar ha sido enfática en destacar la importancia que tiene la vacunación contra la influenza en grupos de riesgo, como lo son menores de cinco años, mayores de 60 años, personas con comorbilidades y mujeres gestantes, ya que suelen ser las más afectadas.

En este período también se tomó la decisión desde el Gobierno nacional y la cartera de Salud de levantar el uso obligatorio de tapabocas en territorios del país que hubiesen llegado al 70 % de su población con dos dosis contra la covid-19 y 40 % de ese porcentaje con dosis de refuerzo.

El fin del tapabocas en espacios abiertos y cerrados se dio en concordancia con el levantamiento de las medidas no farmacológicas que se habían tomado en el país en el marco de la emergencia sanitaria contra la covid-19, que se espera termine este próximo 30 de junio.

Las UCI pediátricas de Medellín y Bogotá han alcanzado en este pico respiratorio porcentajes de ocupación sobre el 90 %. | Foto: Archivo Semana

No obstante, la coincidencia de este levantamiento con el aumento de los casos de infecciones respiratorias no covid han infundado algunas dudas sobre si fue acertada la decisión.

SEMANA consultó al médico epidemiólogo de la Universidad del Rosario, Carlos Trillos, quien aseguró que aunque no hay una incidencia directa, la utilización del tapabocas es fundamental para garantizar una barrera frente a los más de 21 virus que circulan en el país, así como el SARS-CoV-2.

Según Trillos, el levantamiento del tapabocas fue un hecho independiente de lo que es la circulación de otros virus. Fue una medida epidemiológica y de salud pública relacionada con el comportamiento epidemiológico de covid-19.

De acuerdo con el experto, una de las cosas que hay que tener en cuenta es que esta medida se tomó, se hizo de manera escalonada, teniendo en cuenta la cobertura de vacunación.

No obstante, “si bien es cierto que es independiente, el simple hecho de tener mascarilla genera una barrera de entrada contra los virus respiratorios y que las personas se infecten. También proporciona una barrera de salida para aquellos que estén infectados o puedan estar contagiando”, afirmó el epidemiólogo.

“¿Qué estamos viendo? Personas relajadas que no usan mascarilla. Con una temporada invernal como la actual, este tipo de situaciones hace que aumente la circulación viral”, aseveró Trillos, quien además advirtió que en el último reporte de covid-19 se evidenció un incremento importante en el número de casos nuevos, con 5.650, y de la positividad de pruebas, lo cual, en opinión del experto, está demostrando que hay una proporción muy importante de virus circulando.

“Hay una circulación viral importante de otros virus, y esto está generando un incremento en el número de consulta externa y urgencias para la atención de IRA, específicamente”, finalizó el médico.

Las autoridades sanitarias del país y del mundo, así como el doctor Trillos, han sido enfáticos en la necesidad de utilizar el tapabocas cuando se presenten síntomas respiratorios que podrían o no estar relacionados con un contagio de covid-19.

Asimismo, se le ha insistido a la población en la ventaja que implica mantener medidas como el correcto lavado de manos, tal y como lo hizo la Secretaría Distrital de Salud en Bogotá, con las siguientes recomendaciones para evitar un contagio de IRA:

Medidas de autocuidado para prevenir infecciones respiratorias

  • Tener al día el esquema de vacunación permanente en menores de cinco años y población de mayor vulnerabilidad.
  • Vacunarse contra la influenza en poblaciones como: niñas y niños de seis a 23 meses de edad, personas mayores de 60 años, gestantes desde la semana 14 de embarazo y personas con condiciones crónicas.
  • Lavarse las manos con agua y jabón cada tres horas o cuando las manos estén visiblemente sucias.
  • Ventilar todos los espacios y aumentar la limpieza y desinfección de superficies y elementos de contacto constante.