De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la variante ómicron de la covid-19 ya es considerada como la dominante en todo el mundo. Según un informe de la organización internacional, mientras que antes de finalizar el 2021 solo el 1,6 % de los casos mundiales analizados en laboratorios estaban relacionados con un contagio por ómicron, el 11 de enero, dicha cifra ya casi alcanzaba el 60 % de los casos (58,5 %).

Por su parte, el 41 % aún era controlado por delta, la variante que hasta hace dos semanas dominaba la pandemia con un 96 % de los casos totales en todo el planeta.

“Ómicron es menos virulenta”

Sin embargo, en medio de la crisis que ha generado ómicron, tanto en lo social como en lo económico, lo cierto es que, al parecer, esta nueva variación podría representar cada vez más el fin de la pandemia, según explicaron algunos científicos en Sudáfrica.

Cabe recordar que dicho país africano fue el primero en detectar un caso por ómicron, el pasado 9 de noviembre. Desde entonces, los científicos sudafricanos se han puesto a la tarea de investigar acerca de esta variante con el fin de conocer de primera mano las consecuencias de su propagación, así como las formas con las cuales proteger al máximo las vidas de las personas.

Así, los expertos han averiguado que esta variación se puede considerar como la de mayor transmisión desde que se descubrió la covid-19 en diciembre de 2019. Según los estudios, mientras que una persona con delta podía transmitir a otras cinco, una contagiada por ómicron puede traspasar el virus a otras 10.

No obstante, el hecho de que ómicron sea más contagiosa, no significa necesariamente que sea más virulenta. La virulencia es la capacidad que tiene un virus o microorganismo para producir una enfermedad en el cuerpo de su hospedador.

Así, de acuerdo con un estudio realizado en Sudáfrica, ómicron podría ser un 25 % menos letal que delta, es decir, que el impacto dentro de un paciente contagiado podría ser menos grave que la pasada variante dominante. Igualmente, los científicos explicaron que este dato se puede traducir en menor riesgo de hospitalización y por ende de muerte.

Ahora bien, el estudio también arrojó que dicho dato positivo se habría dado debido al impacto que ha tenido la vacunación y el contagio previo durante los dos años que lleva la pandemia.

“En la ola impulsada por ómicron, los resultados de la covid-19 grave se redujeron principalmente por la protección aportada por una infección previa y/o vacunación (…) pero la virulencia intrínsecamente reducida podría representar un riesgo reducido del 25 % de hospitalización grave o muerte en comparación con (la variante) delta”, añade el informe.

Vacunación contra ómicron

Aun con estas buenas noticias, para la OMS aún es importante tener en cuenta que hasta el día en que no se dictamine el fin de la pandemia, no se puede cantar victoria. Por esto, aún hay preocupaciones relacionadas con la covid-19, especialmente con ómicron, como si existe o no la necesidad de crear nuevas vacunas cuyo objetivo sea atacar específicamente esta variante.

“La composición de las vacunas actuales contra la covid-19 podrían requerir actualizaciones para asegurar que continúen generando los niveles de protección recomendados por la OMS contra infecciones y enfermedades”, explicó un equipo técnico de la OMS, por medio de un comunicado oficial.

Asimismo, el informe detalla que, en todo caso, esta sería una mejor opción que seguir vacunando indiscriminadamente a las personas, con dosis de refuerzo que tal vez no tengan el efecto deseado.

“Una estrategia de vacunación basada en repetidas dosis adicionales de la composición original de la vacuna seguramente no es ni apropiada ni sostenible”, añade la información.