China registró este sábado 16 de julio el mayor número de casos de nuevo coronavirus desde mayo e impuso el confinamiento para millones de personas de todo el país este fin de semana, bajo la estricta política de “cero covid”.
Un total de 450 casos de covid-19, la mayoría asintomáticos, fue reportado este sábado en todo el país, frente a 432 el viernes 15, según las autoridades.
El aumento de casos llevó esta semana a la adopción de nuevas restricciones en varias regiones del país.
Lanzhou, capital de la provincia de Gansu (noroeste), les ordenó el pasado miércoles a sus 4,4 millones de habitantes permanecer en sus casas. Una de las localidades de la provincia de Anhui (este) está confinada desde el viernes.
A principios de la semana, las autoridades impusieron un confinamiento general en Wugang, gran centro siderúrgico de la provincia de Henan (centro), tras el descubrimiento de un solo caso de covid-19.
En Beihai, en la provincia de Guangxi (sur), las autoridades anunciaron este sábado confinamientos parciales en dos localidades con más de 800.000 habitantes.
“Actualmente, la situación, materia de prevención y control epidémico en la ciudad de Beihai, es grave y complicada, y el riesgo de contagio en la comunidad es relativamente alto”, subrayó una nota del gobierno que anunciada las restricciones.
China es el último gran país del mundo que persigue el objetivo de eliminar la epidemia mediante los confinamientos, largas cuarentenas y pruebas masivas, a pesar de que la estrategia “cero covid” tiene un fuerte impacto en la economía.
El crecimiento económico del país tuvo en el segundo trimestre su peor desempeño desde 2020, debido principalmente a las restricciones sanitarias.
La segunda economía más grande del mundo tuvo un crecimiento interanual de 0,4% entre abril y junio, tras haber registrado 4,8% en el primer trimestre, según cifras oficiales.
Estos son los síntomas de las nuevas variantes
Expertos afirmaron que, como la propagación descomunal que hubo de contagios, así como el rezago de la vacunación en países pobres, aún existía la alta probabilidad de que aparecieran más y peores variantes del SARS-CoV-2.
Las nuevas mutaciones que preocupan a los virólogos y epidemiólogos son tres en concreto: BA.4, BA.5 y la BA.2.75. Estas son las subvariantes de ómicron a las que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha responsabilizado por los recientes aumentos de casos en el mundo.
Las dos primeras, BA.4 y BA.5, son las que más se han registrado en los sistemas de vigilancia, pues aunque no sean más letales que el SARS-CoV-2 o la misma ómicron, sí tienen altas capacidades para eludir los anticuerpos e infectar el organismo.
La subvariante BA.2.75 –también conocida como centaurus– fue detectada recientemente por las autoridades sanitarias de la India, quienes alertaron que los casos positivos diarios de la enfermedad respiratoria estaban duplicándose y hasta triplicándose con el paso de las semanas.
Esta última variante ya está presente, según las autoridades, en países como Alemania, Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón, Nueva Zelanda y Reino Unido.
La gran capacidad de transmisión que tienen estos sublinajes los han puesto bajo la lupa de las organizaciones de salud de todo el mundo, pues lo que se esperaba era que el ritmo de contagios bajara a medida que el comportamiento de la covid-19 se tornaba más endémico.
A pesar de que las mutaciones de ómicron no representan una mayor cantidad de muertes por el virus, sí están aumentando con gran velocidad el número de infecciones, así como de hospitalizaciones en poblaciones de riesgo.
Ante este panorama, los científicos han analizado cuáles son los síntomas que provocan estas nuevas variantes.
Lo que se ha encontrado es que estas cepas no tienen gran diferencia con la original de ómicron, y los síntomas que producen en su mayoría son los de la gripe: congestión nasal, tos, dolor de garganta, fatiga, dolor de cabeza, dolores musculares, cansancio y, en algunas ocasiones, diarrea.
*Con información AFP