El mundo sumó hasta el momento 6′027.050 de muertos y 452′569.182 de contagiados como consecuencia de la pandemia del coronavirus que apareció hace más de dos años en la ciudad china de Wuhan.

Aunque se trata de cifras oficiales de las autoridades sanitarias de cada uno de los países, algunos expertos han advertido que el número de personas fallecidas podría ser mayor al registrado.

Para los investigadores, desde principios de 2020 hasta finales de 2021 se habrían presentado, al menos, 18 millones de muertes. Esa diferencia de cifras obedecería a varios factores como la falta de recursos de diagnóstico o notificación, entre otros.

Pero esta situación estaría relacionada a efectos indirectos de la pandemia. En ese caso, por ejemplo, la falta de acceso a la atención médica, los cambios de comportamiento durante los cierres o la crisis económica.

Esto habría llevado a que no se pudiera distinguir la causa de muerte de algunas personas.

Los expertos consideran que también existe la posibilidad de “un subregistro de muertes directas por covid-19 y debido a los efectos indirectos mortales de la pandemia”, según señaló el demógrafo especialista en el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, Haidong Wang.

Por tanto, eso podría determinar que en el mundo sí hay un número superior de personas muertas por coronavirus. Para llegar a esa conclusión, el grupo de expertos analizó la mortalidad por todas las causas en 187 países, utilizando datos informados semanal o mensualmente cuando estaban disponibles y creando modelos para estimar para otros.

El estudio publicado en la revista The Lancet permitió determinar que en siete países hubo un aumento significativo de muertos en los dos últimos años: India, Estados Unidos, Rusia, México, Brasil, Indonesia y Pakistán. En la India, por ejemplo, fueron más de cuatro millones de personas muertas, más que en periodos anteriores, y en Estados Unidos más de 1,1 millones.

Eso significa —de acuerdo con el análisis— que por cada 1.000 personas en el mundo, la pandemia provocó más de una muerte en exceso en el transcurso de dos años.

Por cada 1.000 personas en el mundo, la pandemia provocó más de una muerte en exceso en el transcurso de dos años, según el estudio. | Foto: Archivo Semana

Los investigadores estimaron que las tasas de exceso de mortalidad en los últimos 24 meses de la pandemia de covid-19 han variado mucho, dependiendo del país y la región.

En ese sentido, se pudo evidenciar que Bolivia, Bulgaria y Esuatini tuvieron la tasa de exceso de mortalidad estimada más alta, cada uno con más de seis muertes en exceso por cada 1.000 personas. Llamó la atención que similar situación se presentara en regiones a las que pertenecen estos países: América Latina andina, Europa central y oriental, y África subsahariana meridional.

Cinco países informaron menos muertes en 2020 y 2021 frente a los estimativos que se tenían previstos: Islandia, Australia, Singapur, Nueva Zelandia y Taiwán.

Según Wang, quien encabezó la investigación, en este caso la causa de las muertes deben investigarse más, aunque sí pudo haber sucedido este fenómeno entre otras razones por las estrictas políticas de confinamiento que llevaron a menos muertes por factores externos como los accidentes de tránsito.

El especialista señaló que el uso de tapabocas y el distanciamiento social también habrían llevado a una reducción de la mortalidad por influenza en muchos países.

“Ese es el impacto de las políticas de mediación o las estrategias de intervención en la mortalidad por todas las causas”, dijo.

El estudio advierte, además, que el incremento de la mortalidad debido a la pandemia de covid-19 varió dentro de Estados Unidos. Per cápita, se estimó que era casi el doble en Mississippi que en todo el país, pero solo la mitad en el estado de Washington, por ejemplo.

“Algunos excesos de muertes en Texas son el resultado del apagón que hubo allí el año pasado. Y siempre hay muertes debido a desastres naturales”, señaló el jefe de estadísticas de mortalidad de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., Bob Anderson, a CNN.

“Hasta cierto punto, la calidad de los informes dependerá de los recursos disponibles para hacer cosas como las pruebas post mortem. Las jurisdicciones con oficinas de médicos forenses que tienen recursos para la investigación de muertes tenderán a hacerlo mejor que su forense electo local”, puntualizó.