La pandemia del coronavirus ha dejado a lo largo de un año y medio, desde su aparición en Wuhan, China, muchas historias sobre padres, hijos, abuelos o amigos que se han contagiado y luchado en una Unidad de Cuidados Intensivos, UCI, o también de quienes perdieron la batalla y, lamentablemente, fallecieron.

Es el caso de una pareja en Estados Unidos que, con apenas días de diferencia, perdieron la vida tras ser contagiados con covid-19. En medio de esa triste historia está una de sus hijas, que nació una semana antes de que la madre falleciera.

Davy Macías, una mujer de 37 años, estaba intubada en una UCI por complicaciones relacionadas con el coronavirus cuando los médicos la ayudaron a dar a luz a su hija, a quien no alcanzó a conocer.

Solo cinco días después, su esposo, de 39 años, quien sólo pudo ver brevemente a su hija, también murió por covid-19.

La cuñada de Davy, Terri Serey, dijo que su hermano alcanzó a ponerle nombre a la niña porque creía que él y su mujer saldrían vivos del hospital para presentar a la recién nacida a sus otros cuatro hijos, el mayor de 7 años y el menor de 2.

Daniel “estaba lo suficientemente bien como para enviarme una foto del bebé. Ese fue el último mensaje que recibí de él”, dijo Serey a The Washington Post.

Señaló que Davy ya estaba intubada y había dejado de comunicarse directamente con su familia cuando su hija nació por cesárea el 18 de agosto y que sólo tres días después Daniel fue intubado, pocas habitaciones de distancia en el hospital.

“Él no tenía ni idea de que ella había fallecido”, indicó.

Relató que a principios de agosto toda la familia se contagió de covid-19 y aunque los niños se recuperaron con relativa rapidez, los síntomas se agravaron en el caso de Davy, que acudió al hospital para recibir tratamiento y apenas unos días después su esposo (Daniel) debió ser hospitalizado.

Davy, quien era enfermera titulada en la sala de partos del Centro Médico Kaiser Permanente Fontana, y Daniel, profesor en la Escuela Media Jehue del Condado de San Bernardino, celebraron en agosto 11 años de matrimonio.

Como la mujer trabajaba a menudo por las noches, pasaba tiempo con sus hijos durante el día, dijo Serey en la entrevista.

Agregó que los niños Macías, que están al cuidado de los padres de Daniel, no acaban de entender lo que les ha ocurrido a su madre y a su padre, por lo que se acudió a un consejero que explicó a los dos hijos mayores, de 7 y 5 años, que sus dos padres se habían ido.

Señaló que mientras que el mayor -el único hijo varón de Daniel y Davy- comprendió la situación, su hermana menor “sigue buscando a su mamá. (Todos los hijos) pasan mucho tiempo por la noche buscando a mamá y papá”.

Tras conocerse esta historia, muchos recordaron el caso de Lydia y Lawrence Rodríguez, una pareja de Texas que el mes pasado murió con semanas de diferencia, dejando cuatro hijos. Ninguno de los dos padres estaba vacunado; antes de morir, Lydia Rodríguez pidió a su familia que se asegurara de que sus hijos recibieran la vacuna.

Habla la abuela de los niños

Por su parte, la abuela de los menores, Terry Macías, dijo a CNN que “no es que no quisieran vacunarse, lo planearon”, tras insistir en que se trataba de una elección personal y que cada uno quería aprender más sobre su seguridad antes de ser inoculado.

Según narró esta maestra de un jardín de infantes recién jubilada, cree que su hijo y su nuera contrajeron el coronavirus después de un reciente viaje familiar a un parque acuático cubierto como último paseo antes del regreso a clases.

Dijo que tras la muerte de los padres de los cinco menores, tuvo que contárselo a sus nietos. El niño de 8 años y la niña de 5 años entendieron que sus padres se habían ido, dijo ella, pero no está segura de que comprendan que sus padres nunca volverán a casa.

Según señaló, La hija de 3 años de la pareja se despertó el jueves y le dijo a Macías que había soñado que su padre volvía a casa del hospital, pero más tarde se enteró de que su padre había muerto. La niña rompió a llorar cuando se enteró de la noticia, recordándole a su abuela su sueño.

“Lo sé bebé, pero a veces, nuestros sueños no se hacen realidad”, recordó en la entrevista.

Así mismo, describió a su nuera como artística y creativa a quien le gustaba mantener a los niños ocupados con manualidades y actividades, a menudo invitando a los niños del vecindario a unirse a ellos.

De su hijo, maestro de matemáticas de secundaria y a quien llamaba “el perfecto”, dijo que siempre tenía una sonrisa en su rostro y que le caía bien a todos, como lo demuestra la gran cantidad de apoyo, específicamente de su comunidad escolar.

“En mi corazón, siempre supe que él era el chico perfecto. Ver que otros lo sienten de la misma manera se siente como una validación”. Amaban a sus hijos más que a nada”, señaló.

“No lo vimos venir. El covid no discrimina. Es la suerte del sorteo y le puede pasar a cualquiera”, aseguró entre lágrimas Terry Macías.