Miles de personas han venido consultando en los últimos meses acerca de los posibles efectos que tendría el ‘coctel’ entre vacunas contra la covid-19 y el consumo de alcohol, incluso en pequeñas cantidades.

De hecho, tanto las entidades públicas como de salud han reportado que una de las dudas reiteradas de la ciudadanía frente a la vacunación contra el coronavirus es si el consumo de licor, durante o después de la inmunización, interfiere en la efectividad de los biológicos y la respuesta inmune del organismo.

Es por ello que Portal de la Alcaldía de Bogotá consultó recientes estudios internacionales y la opinión de los expertos para dar claridad a este tema, y reveló las principales conclusiones acerca de esta situación.

En principio es clave mencionar que autoridades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) no han publicado evidencia científica que compruebe que consumir alcohol de manera moderada, es decir uno o dos tragos al día, reduce la eficacia de las vacunas actuales contra la covid-19.

No obstante, de acuerdo con diversos estudios en salud, es claro que el consumo excesivo y continuado de bebidas de este tipo si podría debilitar la capacidad de defensa del sistema inmune y su proceso para desarrollar anticuerpos que respondan a cualquier tipo de vacuna que se administre.

Desde esta perspectiva, Carlos Álvarez, coordinador nacional de estudios Covid para Colombia y delegado de la Organización Mundial de la Salud asegura que técnicamente, si alguien toma una o dos copas de licor antes o después de vacunarse no interfiere en la efectividad del biológico, desde el punto de vista inmunológico.

El infectólogo Carlos Álvarez señala que el consumo en exceso sí puede afectar el proceso de vacunación. | Foto: Ministerio de Salud

Eso sí, fue enfático en mencionar que si la persona abusa del consumo del alcohol esto sí puede producir un efecto inmunosupresor.

Algo similar dijo hace unos días el ministro de Salud, Fernando Ruiz, sobre quienes desean consumir un par de copas después de recibidas las dosis. En diálogo con Blu Radio señaló: “no hay evidencia que el consumo de alcohol afecte la vacuna; no le voy a decir a la gente que se aplique la vacuna y se emborrache, pero un consumo moderado no tiene efecto”.

Y para no dejar dudas, agregó: “El mismo día que se vacunen se pueden tomar uno o dos tragos sin ningún problema”.

Fernando Ruiz, ministro de Salud, indicó que tomarse un par de copas es viable después de recibir las dosis. Incluso el mismo día de haberse inmunizado. | Foto: Juan Carlos Sierra

¿Por qué el consumo excesivo de alcohol interfiere en la capacidad del sistema inmune?

Según un articulo publicado por la Sociedad Internacional de Profesionales en Prevención y Tratamiento del Uso de Sustancias, ISSUP, (por sus siglas en inglés), el consumo crónico y continuo de alcohol reduce el número de linfocitos T periféricos y también interfiere en la pérdida de linfocitos B periféricos, los dos relacionados con el sistema de defensa del cuerpo y que son determinantes para reconocer y destruir la presencia de organismos infecciosos como bacterias y virus.

La reducción de estos linfocitos se traduce en cambios que terminan comprometiendo la capacidad del sistema inmune para responder a la presencia de patógenos que causan enfermedades y promueve una mayor predisposición a diversas infecciones, incluida la de tipo viral producida por la covid-19.

Por su parte, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo, NIAAA, (por sus siglas en inglés), sugiere que beber demasiado puede debilitar el sistema inmunológico, permitiendo que el cuerpo sea un blanco más fácil para las enfermedades y explica que beber mucho en una sola ocasión disminuye la capacidad del cuerpo para protegerse de infecciones incluso hasta 24 horas después de embriagarse.

Otros estudios indican que el consumo de alcohol afecta el sistema de defensa pulmonar y la función de sus células locales, lo que también podría inducir a las personas a presentar problemas pulmonares y respiratorios como tuberculosis, neumonía o síndrome de dificultad respiratoria aguda, que se agravan aún más en tiempos de pandemia.