La Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo internacional encargado de gestionar políticas de prevención, promoción e intervención en salud, pidió a mediados del pasado mes de mayo una colaboración mundial para “entender mejor” el síndrome infantil conocido como síndrome inflamatorio multisistémico o MIS-C (por sus siglas en inglés), que puede afectar a un porcentaje minoritario de niños que se han enfermado de coronavirus.
Luego de conocer varios casos en distintos países, especialmente en niños entre los 3 y 12 años de edad, el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) publicó un informe ese mismo mes en el que calificó esta nueva enfermedad como “síndrome inflamatorio multisistémico”, porque puede afectar a todos los órganos.
En ese sentido, recientemente se conoció una investigación liderada por expertos del Departamento de Genética y Ciencias Genómicas del Hospital Mount Sinai de Nueva York, en Estados Unidos, en la que encontraron nuevos detalles sobre esta extraña manifestación que está asociada con el coronavirus y que puede causar fiebre, inflamación y patología de múltiples órganos.
Los científicos encontraron una pista que podría explicar el origen de este síndrome, como quedó planteado en un artículo publicado por la revista Nature, una de las más prestigiosas revistas científicas a nivel mundial.
Los investigadores sugieren que determinadas células del sistema inmunitario de los niños, encargadas de combatir la infección de SARS CoV-2, se pueden encontrar poco activadas en infantes que desarrollan el sindrome MIS-C, lo que se asocia a una respuesta inflamatoria sostenida, un sello distintivo del virus de la covid-19.
“Realizamos la secuenciación de ARN de sangre de pacientes con MIS-C y controles para encontrar genes asociados a enfermedades agrupados en un módulo de coexpresión anotado en células asesinas naturales”, señala el estudio liderado por Noam D. Beckmann, Phillip H. Comella, Esther Cheng y Lauren Lepow.
“En conjunto, esta encuesta imparcial de todo el transcriptoma implica la regulación a la baja de las células NK y el agotamiento de las células T citotóxicas en la patogénesis de MIS-C”, agrega el artículo en el que se explica el comportamiento de este tipo de células al momento de combatir la infección.
En otras palabras, el “debilitamiento” o poca capacidad activa de las células asesinas naturales (NK) y las células T citotóxicas conduce a una deficitaria respuesta inmune y el organismo pierde eficacia para combatir la infección.
Aunque la gran mayoría de los niños contagiados de coronavirus superan la enfermedad de manera asintomática o con síntomas leves, existe un pequeño porcentaje de niños que desarrollan el síndrome inflamatorio multisistémico, por lo que las autoridades sanitarias globales han instado a seguir investigando esta reacción a profundidad.
¿Cuáles son los síntomas del MIS-C?
Entre los síntomas del síndrome, destaca una fiebre alta, dolores abdominales, problemas digestivos, erupción cutánea, conjuntivitis, une lengua enrojecida e hinchada con aspecto de frambuesa y, por último, problemas cardiacos.
Según una investigación publicada en el Journal of the American Medical Association, los menores que padecen el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (SMI) pueden experimentar problemas neurológicos.
En el estudio de 27 menores con el síndrome se detectó que cuatro de ellos presentaron síntomas que incluían dolor de cabeza, encefalopatía, debilidad muscular y reducción de los reflejos.
“De los 27 niños con síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico covid-19, 4 pacientes (14,8 %) que previamente estaban sanos tenían síntomas neurológicos de nueva aparición”, señaló el estudio.
Por su parte, la agencia sanitaria francesa Santé Públique France estimó que esta enfermedad surge “en un promedio de cuatro semanas después de la infección”. En Europa se detectaron en mayo 230 casos sospechosos de esta nueva enfermedad, según el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), subrayando que se trata de un mal “raro” y que la probabilidad de que un niño se vea afectado es “muy baja”.