Una nueva investigación llevada a cabo por científicos en el laboratorio de Harvard GenderSci Lab llegó a la conclusión de que entre hombres y mujeres los primeros tienen un ritmo de muerte por covid-19 más acelerado, después de analizar 30 millones de casos positivos con el virus en los Estados Unidos. Sin embargo, no se ha determinado aún el porqué específico del hallazgo.
El análisis se publicó esta semana en la revista digital Social Science and Medicine, allí se consigna que más allá de las variables biológicas de cada sexo, pueden primar factores sociales en los resultados que influyen en el estado y el tiempo como las políticas estatales de salud, los comportamientos de salud asociados con el género, la raza, el nivel de ingresos y la ocupación.
“En general, los hallazgos muestran una heterogeneidad significativa (o variación) en la disparidad de sexos entre estados y a lo largo del tiempo (...) El significado de eso es que las diferencias de sexo en los resultados de covid-19 no son estables en todos los lugares ni consistentes a lo largo del tiempo lo que sugiere que las causas de la disparidad de sexo son sensibles al contexto y que ningún factor único ofrece una explicación sólida”, explicó Sarah Richardson, fundadora y directora de GenderSci Lab.
Para el año 2020, el equipo había creado un rastreador de datos de la covid-19 para el género/sexo, con esta idea, se halló que varios estados de los hombres se infectaban y morían a tasas más altas que las mujeres, pero también en algunos casos las mujeres tomaban la delantera.
Uno de los ejemplos citados se ubica en la ciudad de New York donde, durante las primeras seis semanas del inicio de la pandemia, la tasa de mortalidad en los hombres era más alta, pero luego de esto se equilibró. En efecto, para los investigadores estos primeros hallazgos podrían ser poco certeros.
Sin embargo, con el pasar del tiempo se pudo llegar a resultados más específicos donde al utilizar el rastreador por un tiempo considerable —entre abril de 2020 hasta mayo de 2021— se arrojó que los hombres en los EE. UU. tuvieron una tasa de mortalidad entre un 10 % y un 20 % más alta que la de las mujeres.
“Nuestro estudio con datos de EE. UU encontró una tasa de mortalidad general levemente elevada para los hombres, aunque mucho más moderada de lo que se afirma con frecuencia”, señaló Richardson.
Asimismo, se explica que se tuvo como base 55 semanas de datos oficiales únicamente de las personas registradas como hombres y mujeres, pues incorporar otras identidades podría resultar confuso, según los investigadores.
Desde agosto de 2020, GenderSci Lab se ha interesado en tener en cuenta el estudio de cómo la biología y el contexto social afectan la salud en personas de todos los géneros, gracias al rastreador de datos de la covid-19. Para el día de hoy, hay un almacenamiento de 85 semanas registradas y este seguirá alimentándose de forma constante y pública.
“Esperamos que otros investigadores aprovechen esta gran cantidad de datos y los cotejen con otras fuentes de datos que puedan ayudar a la comunidad investigadora a profundizar más en lo que realmente estaba impulsando los cambios en la magnitud de las disparidades sexuales a lo largo del tiempo y en cada estado individual”, dijo Ann Caroline Danielsen, investigadora del laboratorio de ciencia de género.
Sumado a esto, las cifras porcentuales del informe consideran que el 30 % de la variación se reduce a factores a nivel estatal y social, el 10 % es producto de la diferencia que se puede efectuar en cada medición y el 60 % de la variación aún no se ha determinado.
“Si no se tienen en cuenta los factores sociales y contextuales, se pierde parte de la imagen de por qué las personas podrían estar expuestas o tener un caso más grave”, sostuvo la estudiante de la Escuela de Salud Pública TH Chan e investigadora de la publicación académica, Tamara Rushovich.
De igual forma, la mujer agregó su postura en relación con el comportamiento de género: “Ha habido estudios que analizan cosas como el cumplimiento de las políticas de máscaras o las pautas de distanciamiento social. Vieron diferencias en la adherencia de género a esos, por lo que es menos probable que los hombres usen máscaras correctamente o se adhieran a las pautas de distanciamiento social, eso no se debe a la biología”.
Desde luego, para los investigadores todo el estudio está rodeado de factores reales que podrían incidir en la vulnerabilidad de los hombres y se concluyó que si la atención del género masculino hubiera tenido mayor recepción, posiblemente, se habrían evitado menos fallecimientos.