De acuerdo con un análisis realizado por el medio estadounidense CNBC, entre los países con altas tasas de vacunación en el mundo, el reporte semanal de nuevos casos de contagio indica que se han mantenido elevados los nuevos contagios en al menos seis de estos, de los cuales cinco dependen de las vacunas fabricadas en China.
Estos hallazgos, según el medio, se producen luego de que la eficacia de las vacunas chinas entrara en un proceso de escrutinio, agravados por la falta de datos sobre su protección contra la variante delta, que es más transmisible y por lo tanto genera preocupación entre la población que adquirió la misma.
CNBC identificó al 6 de julio 36 países con más de 1.000 nuevos casos confirmados a la semana por millón de personas, utilizando cifras de Our World in Data, que compila información de fuentes como la Organización Mundial de la Salud (OMS), gobiernos e investigadores de la Universidad de Oxford. En este análisis, el medio identificó que de estos países más del 60 % de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra la covid-19.
Ahora bien, de los que más presentan casos positivos y, a la vez, tienen un avance importante en la vacunación de sus ciudadanos, CNBC señaló que se trata de Emiratos Árabes Unidos, Seychelles, Mongolia, Uruguay, Chile y Reino Unido, siendo este último el único entre estos que no depende de las vacunas chinas.
Al respecto, en Mongolia, la agencia de noticias estatal mongola Montsame informó en mayo que el país había recibido 2,3 millones de dosis de vacuna de la estatal china Sinopharm. Eso supera con creces las 80.000 dosis de Sputnik V de Rusia y alrededor de 255.000 dosis de inyección de Pfizer-BioNTech que recibió la semana pasada.
Por su parte, Chile administró 16,8 millones de dosis de vacunas de Sinovac Biotech, con sede en Beijing, en comparación con 3,9 millones de dosis de Pfizer-BioNTech y cantidades más pequeñas de otras dos vacunas, informó Reuters el mes pasado.
Los Emiratos Árabes Unidos y Seychelles dependían en gran medida de la vacuna Sinopharm al comienzo de sus campañas de inoculación, sin embargo cada uno ha introducido recientemente otras vacunas en su campaña de vacunación.
En Uruguay, la inyección de Sinovac es una de las dos vacunas más utilizadas, junto con la de Pfizer-BioNTech.
Mientras tanto, el Reino Unido, donde los casos de covid-19 se han disparado en las últimas semanas a medida que la variante delta más transmisible se ha extendido en este territorio, se han aprobado vacunas de Moderna, AstraZeneca-Oxford, Pfizer-BioNTech y Janssen.
Según el mismo medio, Sinopharm y Sinovac no respondieron las solicitudes hechas por estos para conocer la efectividad de sus vacunas frente a las nuevas variantes, teniendo en cuenta que al igual que las de otros países no ofrecen una protección del 100 %, más aún frente a las nuevas variantes del coronavirus que podrían resultar muy resistentes a las vacunas.
Al respecto, los epidemiólogos señalan que los países no deben dejar de usar las vacunas de China, especialmente cuando el suministro de vacunas es limitado entre las naciones de ingresos bajos y medios, es decir, países en vías de desarrollo que no pueden competir con países más ricos por las vacunas desarrolladas en Estados Unidos y Europa.
Por su parte, Ben Cowling, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Hong Kong, dijo que los países pueden decidir usar ciertas vacunas dependiendo de sus objetivos a largo plazo.
“Algunos países pueden aceptar un bajo nivel de circulación siempre que haya relativamente pocos casos graves y muertes por covid-19. Eso debería lograrse con una alta cobertura de cualquiera de las vacunas disponibles”, indicó el experto citado por CNBC.
Aun así, algunos países se están alejando de las vacunas de China, entre ellos Costa Rica, que rechazó el mes pasado una entrega de vacunas desarrolladas por Sinovac después de concluir que no es lo suficientemente efectiva, indicó el mismo medio.