Ahora que, según los investigadores de la Universidad Johns Hopkins, la pandemia de covid-19 ya ha cobrado la vida de más de 3 millones de personas en el mundo, un nuevo estudio confirma lo que muchos médicos sospechaban: al hecho de que muchas de las personas que se infectan presentan graves secuelas seis meses después de su recuperación, se le suma que estos sobrevivientes tienen un muy alto riesgo de morir.

El resultado del nuevo estudio, realizado por el servicio de investigación y desarrollo del Centro Médico St. Louis VA en Missouri, los sobrevivientes tienen un 59 % más de riesgo de morir dentro de los seis meses posteriores a contraer el virus SARS-CoV-2.

La preocupante cifra publicada hoy en la revista Nature, se traduce en aproximadamente 8 muertes más por cada 1.000 pacientes. Esto significa que se agrava el número de víctimas ocultas de la pandemia, ya que muchos pacientes requieren readmisión y otros mueren, incluso semanas después de que la infección viral desaparece.

El director del estudio, Ziyad Al-Aly, advirtió que hasta ahora solo se veía la punta del iceberg: “Estamos empezando a ver un poco más abajo y es realmente alarmante”.

Los investigadores del Centro Médico St. Louis VA en Missouri, detallaron los efectos debilitantes que padecen los sobrevivientes meses después del diagnóstico. Y la lista es larga: desde coágulos de sangre, derrames cerebrales, diabetes y dificultades respiratorias; hasta daños cardíaco, hepático y renal, sumado a depresión, ansiedad y pérdida de la memoria.

La pregunta que se hacen hoy es: ¿Por qué el impacto del llamado “Long Covid” podría durar más que la propia pandemia?

La respuesta es contundente. En el mundo más de 143 millones de personas han dado positivo por la covid-19, y más de tres millones han muerto a causa de la enfermedad. Estudios anteriores indicaron que alrededor del 10 % de los pacientes pueden convertirse en los llamados “transportistas de larga distancia”.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores se valieron de las bases de datos nacionales de atención médica del Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU., en donde examinaron varias cosas: los diagnósticos, el uso de medicamentos y los resultados de las pruebas de laboratorio de 73,435 pacientes no hospitalizados y 13,654 hospitalizados hasta seis meses después de haberse recuperado de un caso agudo de covid-19.

Encontraron que los sobrevivientes tenían mayores probabilidades de necesitar asistencia por síntomas adicionales, que los cerca de 5 millones de usuarios del sistema de la Administración de Salud de Veteranos, que no tenían covid-19 y no estaban hospitalizados.

Estos síntomas adicionales son: dolores óseos y musculares, dificultades respiratorias, problemas de salud mental, trastornos del sistema nervioso, metabólicos y cardiovasculares, malestar, fatiga y anemia.

Y un dato adicional y no menos alarmante: las personas que experimentan estos síntomas a largo plazo, también mostraron un mayor uso de antidepresivos y fármacos para tratar la ansiedad y el dolor: “Nos preocupan los posibles picos de suicidio o de sobredosis de opioides”, dijo Al-Aly.

Ante esto, el director de la investigación, quien también es profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, dijo que esperaba que su estudio proporcione una hoja de ruta para la planificación del sistema de salud y las estrategias de atención, todo con el fin de mitigar las enfermedades crónicas entre los sobrevivientes: “Ojalá no nos hagamos los sorprendidos dentro de dos años, cuando la gente comience a suicidarse. No nos fue muy bien preparándonos y tratando con la covid-19, entonces no cometamos ese error por segunda vez“, concluyó.