Mientras avanza la variante delta en más de 100 países del mundo, hay preocupación entre las autoridades sanitarias sobre cómo hacerle frente, teniendo en cuenta las dificultades en la vacunación por la falta de biológicos, especialmente en aquellos de menos recursos económicos.
Además de las medidas restrictivas que volvieron a algunas naciones las cuales determinaron limitar el ingreso de viajeros, salvo casos de emergencia, el establecimiento de cuarentenas obligatorias y la expedición de pasaportes sanitarios, entre otras, se evalúa la necesidad de una tercera dosis de la vacuna para evitar la propagación de la variante delta originaria de la India.
Israel fue el primer país en iniciar ese proceso tras administrar una tercera inyección a las personas mayores de 60 años, incluso, el presidente Isaac Herzog, de 60 años, y su esposa Michal, la recibieron en el hospital Sheba, en los suburbios de Tel Aviv.
En medio de esa discusión sobre la necesidad de la tercera dosis, la farmacéutica estadounidense Pfizer señaló que esto permitiría “impulsar con fuerza” la protección contra la variante delta del coronavirus frente a los dos esquemas inicialmente previstos.
La empresa indicó que un estudio permitió determinar que esa dosis adicional produce niveles de anticuerpos contra la variante delta cinco veces más altos en personas entre 18 y 55 años, y más de 11 veces en gente entre 65 y 85 años.
Para los fabricantes de ese biológico, esa tercera dosis podría potencialmente multiplicar por 100 la neutralización de la variante delta en comparación con una pauta de dos dosis, de acuerdo con el documento, que fue utilizado por la empresa en una conferencia telefónica para hablar de sus resultados financieros trimestrales.
“Probable que se necesite una tercera dosis potenciadora entre 6 y 12 meses después de la vacunación completa para mantener altos niveles de protección” frente a la covid-19, tras señalar que la variante delta es “la más transmisible” vista hasta ahora.
Aunque el estudio aún está en desarrollo y no ha sido sometido a revisión de pares, se determinó una dosis adicional, al menos medio año después de la segunda es bien tolerada y genera niveles de anticuerpos altos contra el coronavirus original y la variante beta.
Por esa razón, se indicó que Pfizer pretende solicitar en los próximos días una autorización a la Administración de Alimentos y Fármacos de EE. UU. (FDA, en inglés) para suministrar una tercera dosis de la vacuna anticovid, que ha desarrollado junto a la empresa alemana BioNTech.
“Las compañías esperan publicar datos más definitivos sobre el análisis y todos los datos acumulados serán compartidos como parte de las discusiones actuales con la FDA, la EMA (Agencia Europea del Medicamento) y otros reguladores en las próximas semanas”, señaló, finalmente, la farmacéutica.
La estrategia de Israel para vencer el coronavirus: vacunación masiva con tercera dosis
El presidente israelí, Isaac Herzog, y su esposa Michal recibieron una tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus de Pfizer, un día después de que el país anunciara su campaña de “refuerzo” para los israelíes mayores de 60 años.
El primer ministro, Naftali Bennett, había anunciado que a partir de la víspera empezaría la primera campaña de vacunación del mundo para inocular a las personas mayores de 60 años con una tercera dosis de la vacuna para evitar los riesgos asociados con las nuevas variantes que son más contagiosas y peligrosas.
En una conferencia de prensa en el Centro Médico Sheba en Tel Hashomer, donde Herzog recibió la vacuna, Bennett dijo que era una estrategia para proteger a las personas mayores en Israel y por eso les pedía a los jóvenes acompañar a sus padres y abuelos a recibir la tercera dosis.
Aunque las autoridades sanitarias de Estados Unidos y de la Unión Europea aún no han aprobado la aplicación de la tercera dosis, la farmacéutica Pfizer ha asegurado que esta refuerza la protección ante la variante delta y por eso Israel, que ha sido un modelo de vacunación en el mundo, decidió emprender la campaña.
“Comenzamos la campaña de refuerzo de la vacunación” para que la vida pueda volver a la normalidad lo antes posible, manifestó el presidente Isaac Herzog luego de recibir su tercer pinchazo.
Esta decisión de salud pública llega después de varias semanas en que Israel ha visto incrementar sustancialmente los casos de covid-19 y, de hecho, han tenido que volver a decretar medidas como el uso obligatorio de tapabocas en espacios públicos cerrados.
“Israel es pionero tomando la delantera con una tercera dosis de la vacuna para las personas de 60 años y más”, dijo Bennett, quien también invitó al presidente del Parlamento, Mickey Levy, y la presidenta de la Corte Suprema, Esther Hayut, para que recibieran la tercera dosis lo antes posible y enviaran así un mensaje de confianza a la ciudadanía.
Ambos funcionarios, que completan las más altas dignidades del Estado de Israel en sus órganos legislativo y judicial, manifestaron que asistirán a los centros médicos en los próximos días para recibir la tercera dosis del biológico.
La decisión se tomó debido a que Israel estaba alcanzando el máximo registro de los últimos tres meses de pacientes de coronavirus en estado grave. El número ascendió a 167, el más alto desde abril, y 33 de ellos se encuentran en estado crítico.
El pasado jueves unas 2.140 personas fueron diagnosticadas con covid-19, que representaron apenas el 2,37 por ciento de las pruebas de coronavirus realizadas ese día.