El uso de la mascarilla, tapabocas o cubrebocas se volvió indispensable durante el desarrollo de la pandemia por cuenta del Sars Cov-2, en todo el planeta, sin embargo, gracias al avance en las vacunas y las jornadas de aplicación de la misma en todo el mundo, esto dejó de ser un requisito para seguir la vida normalmente, en diferentes países.
Entre tanto, los expertos insisten en que, pese a que esto ya no sea una medida obligatoria, sí es un buen método para evitar el contagio, ya que disminuye, conforme se utiliza, en lugares donde, muchas veces sin saberlo, se está expuesto al virus de la covid-19 y otros.
El doctor Felipe Lobelo, quien es epidemiólogo, aseguró en diálogo con CNN, que si él viajara “en este momento, tomaría estas precauciones, porque sabemos que de estas nuevas variantes de ómicron, se siguen protegiendo las personas vacunadas, contra enfermedad grave”.
“Pero cada vez, la protección contra la infección como tal, viene siendo menor y obviamente las mascarillas, utilizándolas en esos espacios cerrados en dónde van a haber muchas personas que probablemente no utilizan mascarillas, va a ser un ambiente de mayor riesgo y esas infecciones pueden generar síntomas, que en algunos casos pueden ser más graves o incluso pueden llevar a este síndrome de covid largo, que obviamente nadie quiere sufrir”, agregó el profesional.
Así que recomienda que eso sea una de las precauciones que sí deben usar mascarilla, “especialmente en estos momentos en dónde hay un resurgimiento de esta variante BA5, que es la más infecciosa que hemos visto durante toda la pandemia, probablemente similar a los agentes infecciosos más contagiosos que hemos visto anteriormente”.
Practicar ejercicio disminuye el riesgo de contagio
Las personas que practican regularmente actividad física corren menos riesgo de contagiarse de covid y de desarrollar síntomas graves, concluye un estudio publicado recientemente, aunque con limitaciones admitidas por sus propios autores.
“Una actividad física regular está asociada a un menor riesgo de infección” al coronavirus, así como a un mejor pronóstico en cuestión de “hospitalizaciones, gravedad y mortalidad”, indica el estudio aparecido en el British Journal of Sports Medicine.
Ya está bien establecido que una buena actividad física favorece una mejor respuesta del organismo a las enfermedades respiratorias en general, pero este trabajo se centra en el covid. No se trata de un estudio aislado, sino de un análisis que retoma y recopila una quincena de trabajos preexistentes.
Los autores indican que una actividad física regular reduce ligeramente el riesgo de infección y, sobre todo, el de hospitalización (-36%) y de deceso (-43%). Para alcanzar el punto máximo, los autores estiman que hacen falta al menos 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de actividad intensa.
Sin embargo, el estudio tiene limitaciones y no permite concluir qué mecanismos imperan en el organismo. Es probable que una buena actividad física mejore la respuesta inmunitaria, pero también que limite algunos factores de riesgo ante el covid como el sobrepeso.
Los autores advierten que las conclusiones deben tomarse “con precaución” porque la metodología de los estudios usados varía mucho. La mayoría se basan en los datos aportados por los pacientes sobre su actividad física, no en una evaluación objetiva.
Los investigadores tampoco descartan un riesgo de sesgo que lleve a publicar solamente los estudios más concluyentes sobre un supuesto efecto positivo de la actividad física. Pero “nuestras conclusiones podrían orientar a los médicos y las autoridades sanitarias” sobre el nivel de actividad física a recomendar, en particular en casos de alto riesgo de covid, concluyen los autores.
*Con información de AFP.