Un documental reveló unas imágenes inéditas de los primeros días de la pandemia del nuevo coronavirus, que muestran cómo el régimen chino, a la cabeza de Xi Jinping, utiliza la represión para ocultar la gravedad real de los contagios del virus, por lo que se expandió con mayor facilidad en el resto del mundo, algo que ya habían denunciado diferentes gobiernos y organizaciones del planeta.
El documental que tiene por nombre “3 días que detuvieron al mundo” y fue grabado por dos periodistas chinos, cuyo nombre no fue revelado por su seguridad, entre el 19 de enero y el 22 del mismo mes durante 2020. En las imágenes se puede observar el pánico de los habitantes de la urbe con más de 11 millones de pobladores y la crisis hospitalaria que surgió en el momento.
Los periodistas estuvieron en la ciudad antes de que ésta fuera bloqueada por completo, pues entonces eran unos cientos de casos confirmados por coronavirus, por lo que el gobierno chino habría ocultado información acerca del brote.
El documental, que fue revelado por Al Jazeera, deja en evidencia que los periodistas fueron detenidos en reiteradas ocasiones por agentes de policía y guardias de seguridad, mientras se desplazaban por hospitales, que cada vez atendían a más pacientes por el virus y el mercado de mariscos de Huanan, considerado el epicentro del brote.
Inicialmente, al momento de comenzar la filmación del documental en la ciudad de Wuhan, no se conocía qué tan grave era el virus y no se sabía si el nuevo coronavirus se podía transmitir de persona a persona, por lo cual la respuesta de la población fue indiferente ante las preguntas sobre el brote, que definían como algo peor que la gripe, pero menos grave que los brotes de SARS ocurridos entre 2002 y 2004, los cuales dejaron más de 800 personas fallecidas en el mundo.
“Cuando llego, la gente parece no tener ningún miedo o preocupación por el virus. Algunos ni siquiera han oído hablar de eso “, dijo uno de los periodistas en su diario. “El dueño de un puesto me pide que me quite la máscara. Él dice ‘obviamente eres un forastero demasiado preocupado. Todo está bien aquí’”, agregó.
No obstante, para ese momento, el mercado de Huanan ya se había cerrado, debido a que las autoridades estaban haciendo las respectivas investigaciones sobre los orígenes del virus, pero los funcionarios ni de Wuhan, ni de Beijing, informaron acerca de la posible gravedad de la situación, lo que dejó a los ciudadanos en medio de la incertidumbre.
Para ese momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conocía acerca del brote, pero ni la entidad ni China tenían conocimiento sobre si la covid-19 se podía contagiar de persona a persona.
Esto se suma a que se acercaba la celebración del Año Nuevo chino, fiesta para la cual las personas viajaban y se reunían con sus familias, cuando llegó el anuncio del gobierno de ese país de que la urbe sería cerrada. Tras esto, de un momento a otro las personas pasaron de ser indiferentes acerca del virus a entrar en pánico, pues la mayoría empezó a usar máscaras, mientras eran cerrados los lugares públicos de la ciudad.
Pero la decisión se tomó demasiado tarde, puesto que las personas que se habían desplazado por diferentes puntos del país hicieron mucho más sencilla la propagación del virus, no solo en China sino en todo el mundo.
“La falta de personal y equipo en Wuhan hizo que a muchos pacientes infectados se les negara el tratamiento”, escribió uno de los periodistas. “Es una broma y los hospitales ocultan la verdad”, añadió.