El aumento en la demanda de los servicios de los detectives privados se debe principalmente a que cada vez más un mayor número de personas, hombres y mujeres indistintamente, sospechan que están siendo engañadas por su pareja. Si usted es una de las personas que considera que debe contratar a un detective porque su pareja le ha dado motivos, el chistecito le costará entre $700.000 y $1 millón la semana. Esta tarifa aplica solamente si el seguimiento se hace dentro de la ciudad. Pero si a la pareja le da por salir de fin de semana con la otra o el otro fuera de la ciudad, el afectado tendrá que pagar los gastos del viaje del detective como parte interesada de la información. Ahí van aumentando los gastos. Imagínese si su esposo o esposa tiene la ingeniosa idea de pasar un par de días románticos con el otro en Cartagena, tener una cena a la luz de luna, pasear por el centro amurallado y por la playa al sonido de las olas. Pues usted, además de tener la furia de estar siendo engañado, tendrá que aguantarse el dolor de tener que pagarle a su detective el valor del alojamiento en el mismo hotel que su ‘ser querido’. Y como éste quiere descrestar sin duda elegirá uno de lujo cuyo valor por noche varía entre $900.000 y $1’300.000. Tenga en cuenta que este fenómeno de la infidelidad le puede pasar a cualquiera. Para no ir más lejos recuerde que desde presidentes de potencias mundiales, miembros de la realeza, tigres del golf, actores, hasta su vecino o conocido pudieron haber sido descubiertos en una relación de infidelidad. No sólo la infidelidad mueve el negocio Si bien los casos de cachos son por los que mayormente necesitan de los servicios de los detectives - el 50% de las llamadas son por este motivo -, también hay otras necesidades por las cuales son contratados. Según los detectives consultados por finanzaspersonales.co, que como les corresponde pidieron reserva de su nombre, también son contactados por padres de familia. Un 10% de las solicitudes son para que hagan un seguimiento a sus hijos con la intención de saber qué compañías tienen y cuáles son las actividades que realizan durante las horas en las que ellos trabajan. Otra tarea encomendada a los detectives privados es la de búsqueda de personas desaparecidas. El número de requerimientos para esta labor equivale a un 20% de sus solicitudes totales y son, según los entrevistados, los casos más duros y difíciles de resolver. Además de contar con poca información se tiene que manejar el dolor familiar y la incertidumbre de una respuesta pronta. El 20% restante son trabajos de investigación y esclarecimiento en casos de robo y fraude empresarial. Estos casos son quizás los más fáciles de resolver porque según las palabras de los entrevistados “no hay crimen o delito perfecto, siempre el ladrón deja alguna pista por la cual pueden ser descubiertos”.