Hasta le fecha, se han organizado 15 debates televisados. Se crearon en 1960 por iniciativa de la Liga de Mujeres Votantes, que defiende el derecho de las mujeres a votar y a contar con la información necesaria para tal fin. A continuación, algunos de los hechos que marcaron los enfrentamientos más significativos entre los candidatos presidenciales en Estados Unidos.Nixon-KennedyEl primer debate televisado se llevó a cabo en 1960 cuando se enfrentaron el republicano Richard Nixon y el dmócrata John Kennedy durante 60 minutos por televisión nacional. Antes del encuentro, los votantes tenían como favorito a Nixon. Días antes del primer enfrentamiento, Nixon sufrió un golpe en la rodilla que le causó una grave infección. Por cuenta de esto, perdió más de 20 kilos y se veía bastante deteriorado. Además, había pasado días enteros viajando en carro haciendo campaña para recuperar el tiempo perdido durante su convalecencia. Mientras tanto, Kennedy había estado preparándose durante semanas y había tenido suficiente tiempo de descanso.La noche del debate, Nixon se bajó del carro y se golpeó en la rodilla que tenía infectada: apareció ante las cámaras pálido, sudoroso y sin afeitar, mientras que Kennedy se mostró bronceado, maquillado y relajado. Ambos candidatos abordaron los temas con la misma profundidad y ninguno mostró mejor desempeño que el otro. Sin embargo, lo que impactó a los votantes fueron sus respectivas imágenes. Las personas que oyeron el debate por radio afirmaban que Nixon era el ganador, pero para los televidentes Kennedy ganó el debate. Si bien el republicano mejoró su desempeño en los debates restantes, se ha dicho que sin el primer debate su oponente nunca hubiera llegado a la presidencia. Ford-CarterEn 1976, en un debate televisado el presidente republicano Gerald Ford cometió un error que le entregó la presidencia a su contendor, el dmócrata Jimmy Carter, y le costó la reelección. Ford afirmó que “no hay un dominio soviético sobre Europa Oriental” e insistió en que Polonia, Rumania y Yugoslavia eran libres de la interferencia soviética. Cuando un periodista asombrado le hizo preguntas acerca de lo que acababa de responder, Ford simplemente repitió su declaración. El demócrata aprovechó la situación, haciendo que la gente se preguntara si una persona que no conocía los asuntos internacionales podía llegar a ser presidente. Durante muchos días, la prensa se burló de la respuesta de Ford y lo hizo ver como un ignorante y desconocedor del mundo. Así, Ford fue el hazmerreir del debate y Carter ganó las elecciones. Reagan-CarterEl segundo debate presidencial entre Jimmy Carter, quien aspiraba ser reelegido, y Ronald Reagan en 1980 pasó a la historia como uno de los más memorables en la historia electoral de los Estados Unidos.Cuando le preguntaron al presidente Carter sobre el seguro de salud, este dio una respuesta demasiado larga y llena de información. Reagan se volteó y simplemente respondió “¡Ahí vas otra vez!”, para que la gente se cuestionara si Carter con todo su conocimiento si sabía realmente de lo que estaba hablando y si podía hacer que la gente entendiera. Si bien el argumento de Carter fue relevante, la respuesta de su oponente llamó la atención y marcó los espíritus de los votantes. Reagan usó su respuesta nuevamente en 1984 en un debate contra el candidato Walter Mondale y en el 2012, Clinton la utilizó en su discurso en la Convención Democrática Nacional. Otro momento del debate que permanece en la memoria de la gente también corrió por cuenta de Reagan. Al momento de cerrar el debate, preguntó a los estadounidenses: “¿Está usted en una mejor posición que hace cuatro años?” Esta frase se hizo popular y actualmente es utilizada por la campaña del candidato Mitt Romney como estrategia para atacar al presidente Obama en el tema de la economía. Bush-GoreEl candidato republicano George W. Bush sacó provecho de la actitud de su oponente, el demócrata Al Gore, durante el primer debate presidencial para las elecciones del año 2000. Cada vez que el candidato republicano exponía su punto de vista sobre algún tema particular, Al Gore lanzaba un suspiro para dar a entender que las palabras de Bush no tenían sentido. Todo el debate se desarrolló de esa manera: cada intervención de Bush era acompañada por un gesto, burla o suspiro de su oponente. Esta actitud desesperó a los espectadores pues el candidato demócrata quedó como una persona excesivamente arrogante. En otro momento, mientras Bush contestaba una de las preguntas planteadas, Gore caminó hacia él para intentar intimidarlo. El candidato republicano, y a la postre presidente de los Estados Unidos, simplemente lo miró y continuó con su respuesta como si nada hubiera pasado. Su oponente hizo el ridículo ante los espectadores.