Director: Stephen Herek Protagonistas: Glenn Close, Jeff Daniels, Joely Richardson, Joan Plowright En 1961 Walt Disney estrenó la que iría a convertirse en una de sus películas insignia: 101 dálmatas: la noche de las narices frías. El impacto en el público infantil fue tan rotundo que la cinta animada ha servido, generación tras generación, para iniciar a los niños en el mágico mundo del séptimo arte. Cruella DeVil pasó a ser uno de los seres malignos más famosos y fascinantes de la historia del cine y las motas negras de los pequeños dálmatas quedaron grabadas en la memoria de la imaginación infantil. Ahora el director Stephen Herek, con guión y producción de John Hughes, el creador de Mi pobre angelito, ha transformado el clásico en una aventura de carne y hueso. Con la participación de Glenn Close en el papel de Cruella, la experiencia en el entrenamiento de animales para cine de la Disney y un buen toque de la magia digital, Herek propone una actualización del cuento original. Básicamente la historia sigue siendo la misma. Una pareja de jóvenes profesionales, unida por el amor de sus respectivas mascotas dálmata, tiene que luchar contra el malévolo plan de Cruella, una aterrorizante diseñadora de modas que quiere acumular el suficiente número de cachorros dálmata para utilizar la piel de los perritos en la fabricación de un abrigo. Pero aunque la participación de los animales y la actuación de Glenn Close resultan fieles a la historia inicial y provocan la angustia y la fascinación del público, lo cierto es que la versión en vivo de 101 dálmatas comete dos pequeños pecados. Por un lado, despojar a la película de tensión, en la medida en que no define un clímax para estimular el ritmo de la cinta. Por el otro, abandonar la idea de la coreografía musical, un elemento que, entre otras cosas, ha ayudado a inmortalizar las grandes obras animadas de la Disney.